Samara (Rusia), 3 jul (dpa) – Determinante y decisivo, pero también histriónico y polémico. El crack brasileño Neymar mostró las dos caras que lo han convertido en una de las figuras más señaladas del Mundial de Rusia en la victoria de su selección por 2-0 ante México.
Apaleado durante las primeras semanas del torneo por leyendas del fútbol como el alemán Lothar Matthäus o el francés Eric Cantona por su tendencia excesiva a simular en el campo, Neymar compareció el lunes por fin de otra manera en Rusia en los octavos de final disputados ante el «Tri» en el Samara Arena.
En el minuto 51′ el astro marcó el primer gol de la «canarinha», iniciado con una buena jugada personal y tras combinar a la perfección con Willian. Y a dos minutos del final dio la asistencia para el tanto definitivo de Roberto Firmino, después de otra de las veloces incursiones en el área con las que había martirizado durante todo el partido a la defensa mexicana.
En el 72′, sin embargo, el delantero del Paris Saint-Germain sacó a relucir también una de las actitudes que exasperan a sus rivales y que alimentan los odios contra él.
Después de sufrir una falta en el lateral del campo, Neymar intentó retener la pelota y el mexicano Miguel Layún lo pisó levemente sobre el tobillo. El crack brasileño se retorció varios minutos de dolor en el césped al lado de los banquillos, en otra de las famosas volteretas con las que ha dado que hablar en Rusia.
«Payasadas», tronó luego el técnico rival, Juan Carlos Osorio. «Si quiere estar en el piso, que se vaya a acostar a su casa», le recriminó Layún, que admitió haberlo tocado «un poco» al intentar recuperar la pelota cuando México perdía 1-0.
«A Neymar habrá que decirle: ‘o nos hacés llorar o nos hacés reír'», resumió más tarde en su programa televisivo de Telesur el también siempre polémico astro argentino Diego Maradona. «Cuando lo pisó el mexicano era para llorar, pero al verlo correr era para reírse. ¿Cómo es esta historia?», consideró el «Pelusa».
Después del partido, el seleccionador de Brasil, Tite, salió a defender a su gran estrella del furibundo ataque de su colega Osorio, que calificó la actitud de Neymar como «una vergüenza para el fútbol».
«Neymar juega la pelota. Él no pisa y a él lo pisaron. Yo estaba al lado y lo vi también de nuevo en la televisión. No es necesario hablar, es sólo mirar», reclamó Tite. «No voy a responderle a Osorio, yo vi la jugada».
La polémica no opacó el gran partido de Neymar, finalmente motor de su equipo tras un comienzo pálido en Rusia y cada vez más fino después de haber pasado casi tres meses sin jugar, hasta pocas semanas antes del Mundial, por una lesión en su pie derecho.
El díscolo artillero del PSG respondió también a su manera a todo el revuelo. En el campo celebró su gol poniéndose un dedo en la boca frente a la tribuna, para mandar callar a sus detractores. «Ellos hablaron mucho, de más, y se fueron a casa», dijo luego sobre sus rivales ante las cámaras.
«Las críticas intentan desacreditarme, pero no me importan», aseguró más tarde, ya algo más calmado. Al pasar por la zona mixta volvió a ignorar a todo el mundo. «Yo no hablo con la prensa porque no quiero polémicas. Todo el mundo habla y todo el mundo se emociona, pero yo lo que quiero es jugar y ayudar al equipo», comentó.
«Neymar volvió a ser Neymar», celebró el diario «Folha de Sao Paulo» el mejor partido del crack brasileño en lo que va del Mundial. En realidad, la sentencia valió para todo.
«Ney» volvió a ser el de toda la vida, el de antes de su lesión, ya fuera en sus tiempos con el Barcelona o el ahora del PSG. Genial e infantil a la vez. ¿Le bastará a Brasil para ganar el 15 de julio el «hexacampeonato» en Moscú? El viernes, por ahora, espera Bélgica.
Por Isaac Risco (dpa)