Moscú, 2 jul (dpa) – Las dos últimas campeonas del mundo, España y Alemania, basaron su éxito en abrumar al rival a través de la posesión y el fútbol control. Pero esa fórmula ganadora ha sucumbido ante una idea mucho más simple: defensa organizada y ataques rápidos.
El cambio de orden se atisbó en la Eurocopa de 2016 que coronó a Portugal y se confirmó en el Mundial de Rusia: Alemania se despidió en la fase de grupos con una posesión media del 67 por ciento y España cayó el domingo en octavos de final en un partido en el que dio 1.029 pases, récord para una Copa del Mundo.
Campeona mundial en 2010, España tuvo una posesión media en el torneo del 68,5 por ciento, más que ningún otro equipo en lo que va de Mundial. Pero el duelo del domingo ante la anfitriona (decidido en penales tras un empate 1-1) evidenció que todo es relativo: tuvo el 75 por ciento de la posesión, pero el gol que marcó llegó de rebote y tampoco tuvo muchas ocasiones claras.
«Soy un gran fan del ‘tiqui-taca’, del juego bonito, pero no hemos visto nada de peligro del equipo español», analizó Cesc Fábregas en la cadena BBC tras el España-Rusia, un partido por momentos soporífero, de ritmo lento y cansino, con cientos de pases horizontales.
«Todo el rato volvían para atrás, posesión, posesión. Creo que era más posesión para defender que para atacar. Y debería ser lo contrario», añadió el centrocampista, protagonista de esa generación española que marcó una época con dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2012.
Por esa época brillaba también el Barcelona de Josep Guardiola con una idea similar. Y de todo eso bebió la Alemania de Joachim Löw, una selección que reinterpretó la idea para proclamarse campeona del mundo en Brasil 2014. El presente es crudo: ni España ni Alemania ni el Barcelona ganan ahora mimando la pelota.
El diario británico «The Guardian» analizó con especial dureza el adiós de España: «El estilo y la cultura que fueron bellos por momentos, irresistibles en otros, parecen que han llegado a su final».
«La escuela cruyffista-catalana ha dado a España la mejor era de su historia y ha redefinido el deporte en sí mismo de muchas maneras. Pero ya no hay un Xavi, el genio que hizo ese sistema irresistible», recordó a Xavi Hernández, el mayor referente de ese «tiqui-taca».
Si la posesión le sirvió a España para marcar un ciclo histórico, ahora se ha convertido en su mayor enemigo. O las defensas ya saben cómo frenar ese fútbol o simplemente ese estilo ganador sólo era posible con jugadores como Xavi, Xabi Alonso, David Silva o Andrés Iniesta en su máximo esplendor.
«España jugó a lo España, pero careció de pelota filtrada. Más que nunca se notó la ausencia de Xavi», expresó el legendario ex futbolista argentino Diego Maradona en Telesur.
El mejor partido de España en Rusia fue el de Portugal, ante la que empató 3-3 en su debut. Casualmente, fue el duelo en el que menos balón disfrutó el equipo entrenado por Fernando Hierro. Tuvo un 61 por ciento de posesión.
Croacia, Francia y Uruguay convencieron con su juego camino de cuartos, pero no lo hicieron desde la posesión. Croacia tuvo una posesión media del 52,2 por ciento y en su mejor encuentro, el 3-0 ante Argentina, disfrutó de la pelota apenas un 42 por ciento del tiempo.
«Les Bleus» acumulan un 49,5 de posesión y Uruguay, un 49,7. Más exagerado es el caso de Rusia, con una tenencia de balón del 39 por ciento de media.
La mayor exhibición ofensiva vista hasta el momento puede que sea el 5-2 de Bélgica sobre Túnez. Pudo acabar con un resultado escandaloso a favor de los belgas. ¿Cuánta posesión tuvieron? Un 52 por ciento. Y el Mundial está batiendo récords de goles de estrategia a balón parado.
«Cada Mundial marca una tendencia. De 2008 a 2012 fue el momento del juego de España. Nadie lo había hecho. Pero a partir de ahí, los equipos han cambiado de tendencia. Ahora ha vuelto la línea de cinco atrás con tres centrales, con balones directos, segundas jugadas y transiciones rápidas», aseguró Fernando Hierro, seleccionador español.
Ahora España tiene que preguntarse qué fútbol quiere practicar para recuperar galones a nivel internacional: confiar en la receta que le dio éxito o reinventarse y adaptarse.
«Es una cuestión del entrenador que esté, de lo que plantee. Indudablemente que el camino que nos ha dado éxito ha sido muy marcado», dijo Iniesta sobre el «tiqui-taca».
«Llevamos muchos años jugando y creando esa filosofía de juego, de posesión, teniendo el control del juego», añadió Sergio Ramos, el capitán, que pidió no comparar a esta España con la que ganó el Mundial. «Eso es meter presión a los que estamos y a los que vienen».
Por Ignacio Encabo (dpa)