Samara (Rusia), 2 jul (dpa) – Neymar se acercó hoy por fin más al jugador que todo Brasil esperaba ver en Rusia 2018. Después de recibir un aluvión de críticas por sus múltiples extravagancias, el gran astro de la «canarinha» mostró ante México por qué sí tiene la capacidad de convertirse en una de las estrellas del Mundial.
Concentrado y sin estridencias, «Ney» salió en la Arena de Samara decidido a ponerse por fin los galones de líder del equipo. Y cumplió.
El artillero abrió la cuenta para Brasil en el 51′ y fue decisivo en el gol definitivo de Roberto Firmino, a nueve minutos del final, que colocó a uno de los grandes favoritos en los cuartos de final.
Desde el primer tiempo Neymar fue uno de los jugadores más pujantes del once de Tite. El astro del Paris Saint-Germain mandó el primer aviso en el minuto 5, y aunque sin fortuna en la primera parte del partido, dejó claro que podía ser su día, como acabó siéndolo. Marcó su segundo gol en Rusia y fue además el motor de su equipo.
«En nuestro partido será Neymar», había avisado su compañero Thiago Silva un día antes, después de que otras dos estrellas del PSG, el francés Kylian Mbappé y el uruguayo Edinson Cavani, brillaran en sus partidos frente a Argentina y Portugal.
Neymar se mostró en Samara, como si por fin lo hubieran convencido de que lo mejor era responder en la cancha. Veteranos como Thiago Silva y el cuerpo técnico intentaban desde hace días convencer a Neymar de centrarse sólo en el fútbol, según se contaba en la concentración brasileña.
Ante el «Tri» fue el jugador determinante. Menos regates y fintas improductivas, más movilidad por todo el frente de ataque. Su movilidad y velocidad pusieron en jaque a la recia zaga mexicana y así llegó el primer gol.
«Ney» recibió, cruzó la frontal del área arrastrando la marca y dejó la pelota con un maravilloso tacón para Willian, que centró desde la izquierda. El propio Neymar se barrió frente a la portería vacía para terminar la obra. Celebró con determinación, sin las lágrimas exageradas del partido ante Costa Rica, cuando marcó su primer gol en el Mundial.
El segundo gol también fue obra suya. El delantero entró como una trombra al área en un contragolpe, cuando el «Tri» presionaba por el empate, y su disparo rechazado por el arquero quedó servido a Firmino. Sólo por un momento salió a relucir también en Samara el Neymar de las dos caras.
Después de que le cobraran una falta en un lateral, un rival le apoyó un pie sobre el tobillo y Neymar se retorció de dolor. Los hinchas mexicanos le cantaron el «Canta y no llores». No era al final nada, porque el crack se levantó poco después.
Tite había prometido que el mejor Neymar aparecería a partir de la fase decisiva en Rusia, después de haberse ido recuperando paulatinamente de la lesión en el pie que lo tuvo tres meses fuera de las canchas antes del Mundial. El vaticinio pareció empezar a concretarse hoy. Neymar se unió a la fiesta de Rusia 2018.
Por Isaac Risco (dpa)