Krasnodar (Rusia), 19 jun (dpa) – El de mañana ante Irán será el segundo partido oficial de Fernando Hierro como seleccionador español, pero en realidad será el primero en el que ejercerá plenamente como técnico para intentar ofrecer soluciones ante un rival que se espera muy cerrado.
Fue el miércoles de la pasada semana cuando España asistió a un maremoto sin precedentes con el despido de Julen Lopetegui como seleccionador de fútbol a dos días del debut en el Mundial ante Portugal. El inexperto Hierro -apenas una temporada como entrenador en el modesto Oviedo de la segunda categoría del fútbol español- fue el elegido.
La decisión causó sorpresa en el vestuario. El principal candidato era Albert Celades, de las categorías inferiores de la selección, pero la federación apostó por Hierro. Eligió un nombre, el de una leyenda del fútbol español, pensando que era el adecuado entre otras cosas para hacerse respetar en poco tiempo en un vestuario con apego a Lopetegui.
Hierro tuvo poco más de 48 horas para preparar el partido ante Portugal. Escaso tiempo como para pensar en que ahí se viera su «mano». Se encomendó a sus futbolistas y obtuvo una excelente respuesta de éstos: empataron 3-3 y mostraron carácter y fútbol suficientes como para merecer un resultado mejor.
España jugará mañana ante Irán con el liderato del Grupo B en juego después del sorprendente triunfo del equipo asiático por 1-0 ante Marruecos en la jornada inaugural. Es cierto que Hierro sigue trabajando «contrarreloj», pero al menos tuvo un mayor margen para preparar el duelo.
Desde que llegó al banquillo español, se esforzó en transmitir un mismo mensaje: «No vamos a cambiar en dos días lo que se ha construido en dos años. Tenemos que ser inteligentes y coherentes y no hay capacidad de cambio».
Hierro apostó por el «continuismo», pero hay una cierta cuota de «intervencionismo» que deberá asumir: gestión de la fatiga, soluciones tácticas en función del rival, detección de errores, lecturas del desarrollo del partido…
La primera decisión la tomó un minuto después de concluir el partido ante Portugal. Su arquero es David de Gea, pase lo que pase. Incluso, como ocurrió en aquel encuentro, aunque el jugador del Manchester United tenga una deficiente actuación.
«Es uno de los nuestros y no lo dejaremos tirado», dijo entonces. Fin del debate, que fue más periodístico que otra cosa.
Lo siguiente que deberá pensar Hierro es si pone ya en la titularidad al lateral Dani Carvajal y prescinde de Nacho Fernández, uno de los destacados ante Portugal y también un futbolista muy del gusto del nuevo seleccionador español. No obstante, Irán invita a jugar con laterales largos, que lleguen al área contraria, y Carvajal parece el indicado.
España tendrá delante un rival incomodísimo que ante Marruecos demostró qué es lo que mejor sabe hacer: defender. Ofrecerá uno de esos planteamientos que tanto le incomoda al equipo ahora entrenado por Hierro, el de un equipo cerrado y que fía todo su ataque a algún balón en largo o las jugadas de estrategia.
Es probable que el seleccionador modifique el equipo -aunque sea mínimamente- en función de lo que tendrá delante y se baraja la posibilidad de que Thiago Alcántara releve en el equipo titular a Koke en busca de un perfil más ofensivo.
Por Alberto Bravo (dpa)