(dpa) – Cuando los damascos están muy duros y son de color amarillo claro o verde conviene no comprarlos. Si bien en casa pueden madurar un poco más, solo desarrollan su aroma típico en el árbol.
Si en cambio ya están color naranja pero duros, alcanzan su consistencia perfecta si se los almacena un par de días a temperatura ambiente.
Cuando los damascos están maduros, se los puede abrir fácilmente a la mitad y quitarles el carozo. Estas frutas contienen calcio, magnesio, hierro, vitamina B, C y provitamina A.
Los damascos son ideales para tartas o para preparar mermeladas. Secos, se los puede añadir a mueslis o porridges o se los puede comer solos, como snacks.
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