Viena, 19 abr (dpa) – El médico austríaco Hans Asperger (1906-1980), que dio su nombre a un síndrome del espectro autista por sus investigaciones en ese terreno, es acusado en un nuevo estudio conocido hoy de haber colaborado en los asesinatos de niños discapacitados que perpetraron los nazis.
El autor Herwig Czech, de la Universidad de Medicina de Viena, asegura que el análisis de la vida de Asperger contradice la visión que existía hasta ahora de que el pediatra e investigador del autismo fue un fuerte crítico del nacionalsocialismo.
El pediatra envió a dos niñas discapacitadas a la clínica de Viena «Am Spiegelgrund», donde fueron asesinados unos 800 menores en el marco del programa de eutanasia de los nazis. Además perteneció a una comisión que decidía si los niños eran enviados a escuelas especiales o a «Spiegelgrund», señala en el estudio, publicado en la revista especializada «Molecular Autism».
«Se trata de alguien que en los últimos años ha sido celebrado casi como un combatiente de la resistencia, pero cuya imagen no se sostiene en base a las fuentes», aseguró Czech, que destaca pese a todo que su papel «fue marginal en comparación con otros».
Asperger fue un oportunista, añadió. La muerte de esos niños «es una responsabilidad colectiva y compartida, como suele suceder con los crímenes nazis».
Junto con el psiquiatra austriaco-estadounidense Leo Kanner (1896-1981), Asperger es conocido por haber sido de los primeros en estudiar los trastornos del espectro autista en la década de los años 40. El término de Síndrome de Asperger fue acuñado décadas más tarde para definir a aquellas personas con problemas de comunicación y dificultades para la socialización pero altamente funcionales y que suelen destacar por encima de la media en las áreas de su interés.
Se consideraba que Hans Asperger había protegido a muchos niños de la eutanasia porque defendía la «integración» en la sociedad de los menores con dificultades, pero Czech afirma que se pasó por alto que el pediatra no se refería a aquellos discapacitados graves a los que se consideraba «incurables».