Augusta (EEUU), 4 abr (dpa) – Tiger Woods vivió la mitad de su vida como campeón de Augusta, pero su regreso al Masters que comenzará mañana a los 42 años llegará acompañado de una expectativa superior, incluso, a la que lo precedía en sus años de gloria en el golf mundial.
Woods era un joven profesional cuando saltó al estrellato mundial con 21 años al ganar el primero de sus cuatro Masters. Corría el año 1997 y su sonrisa cautivó a todos en el Augusta National Golf Club, además de deslumbrar al imponerse con 12 golpes de ventaja y establecer un récord de 18 golpes bajo par.
Luego llegaron tres títulos más, el último en 2005, pero desde entonces también tuvo seis Masters entre los cinco primeros, incluido un cuarto puesto en 2013. Hasta que faltó en 2014 por culpa de la primera de las cuatro cirugías de espalda a las que tuvo que someterse y que también lo obligaron a ausentarse de su torneo favorito en 2016 y 2017.
En su página web, Woods admitió que se había sentido «debilitado» cuando estuvo en la cena anual de los campeones en el Masters del año pasado, pero que le sirvió de motivación. «No estaba retirado, ver a los muchachos y escuchar su excitación por jugar era muy difícil», reconoció. Eran tiempos de regresos fallidos y problemas extradeportivos.
Hasta que una nueva operación en abril de 2017 resultó exitosa y Woods pudo volver a las competiciones en diciembre con un nivel asombroso. En 2018 ya completó 18 ronda en el Tour, más que en los 28 meses anteriores.
Las señales que esperaban sus fanáticos las envió el mes pasado en el Valspar Championship en Florida, donde volvió a causar sensación y terminó a un golpe del título.
El juego corto del ganador de 14 majors estuvo particularmente efectivo. Y a pesar de la falta de ritmo de competencia, el estadounidense se mostró muy consistente con 12 rondas consecutivas a la par de los mejores en sus últimos tres torneos.
«He estado mejor con cada semana que he competido, un poco más a punto», afirmó Woods. «Estoy empezando a afinar las piezas».
Por eso, el ex número uno del mundo se encuentra entre los favoritos de apuestas en Augusta. «Hace seis meses, las probabilidades eran que ni siquiera iba a jugar», admitió Woods.
Para el presentador de la cadena CBS Sports, Jim Nantz, quien trabajó en el torneo durante 33 años, el regreso de Woods ha convertido a la edición 2018 «probablemente en el Masters más esperado que cualquiera de nosotros haya visto en nuestra vida».
Por lo pronto, las mediciones de los rating de televisión se dispararon en los torneos que jugó Woods en febrero y marzo. «Si él llegara a ganar, estaremos hablando de uno de los momentos épicos en la historia del deporte», dijo Nantz.
Lo cierto es que no será sencillo por la gran competencia que tendrá. Uno de los rivales más temibles será el español Sergio García, que defenderá el título que logró el año pasado en una definición para el infarto con Justin Rose.
«La sensación que tienes y la acogida que tienes al venir a Augusta como el campeón del Masters es diferente», explicó García, que con su título puso fin a una serie de infortunios en los grandes torneos.
«Siempre he sido muy afortunado con la forma en que me han tratado en todo el mundo y especialmente aquí en Augusta, pero ahora como campeón del Masters, es simplemente una sensación diferente, y es increíble», ahondó.
«Es mi primera vez defendiendo un Major y una chaqueta verde, así que es nuevo para mí», reconoció. «Pero intentaré hacer lo que sé y ojalá tener un buen comienzo, un comienzo decente, y realmente disfrutar la semana», añadió ya pensando en el torneo.
El estadounidense Dustin Johnson llega a Augusta como el número uno en el mundo por 57 semanas, pero buscando la redención de su debacle del Masters 2017, cuando una caída en la escalera de la casa que había alquilado le provocó dolores que le impidieron jugar.
Su compatriota Justin Thomas, segundo en el ranking, también aparece entre los candidatos, después de haber ganado el Campeonato de la PGA 2017, mientras que el español Jon Rahm, tercero en el escalafón, va por su primera consagración en un major.
Otro que buscará hacer historia es el norirlandés Rory McIlroy, que aspira a ganar el único gran torneo que le falta para unirse al selecto grupo de cinco golfistas que consiguieron los cuatro grandes en la era moderna.
Uno de ellos, y el único en actividad, es Woods, que pretende lograr un major por primera vez en diez años, después de su título del Abierto de Estados Unidos 2008. «Tengo una segunda oportunidad en la vida. Soy un milagro andante», afirmó Woods, antes del gran arranque de mañana.
Por Frank Fuhrig (dpa)