La tuberculosis sigue descendiendo en Asturias. En 2013, se detectaron en el Principado 162 casos, lo que supone una tasa de 15,2 por cada 100.000 habitantes, más de 30 puntos por debajo de las cifras de 1997. De los casos registrados en 2013, el 93,8% fueron nuevos, mientras que el porcentaje de recidivas se situó en el 6,2%. El índice autonómico es similar a la media nacional, aunque ligeramente superior.
La tuberculosis es una enfermedad transmisible, fundamentalmente por vía aérea, producida por un tipo de bacterias denominadas mycobacterias. Esta patología, que se puede curar, afecta al aparato respiratorio, especialmente a los pulmones, aunque también puede dañar otras partes del organismo. La detección y el tratamiento son los principales medios para evitar la difusión de la enfermedad, que afecta más a los varones (6 de cada 4 casos), y especialmente a las personas mayores de 75 años.
Pese a tratarse de una enfermedad de declaración obligatoria, el 27,8% de los casos no se notifica. Por esta razón, mejorar la detección y garantizar que los pacientes completan sus tratamientos hasta la curación son las principales medidas para hacer frente a este problema de salud, que puede presentar complicaciones graves.
Así lo ha explicado el director general de Salud Pública, Julio Bruno, que hoy ha ofrecido una rueda de prensa con motivo del día mundial de la lucha contra esta patología. El Principado se ha adherido a la iniciativa que impulsa la Organización Mundial de la Salud bajo el lema Debemos cambiar la marcha para acabar con la tuberculosis.
“Se trata de una enfermedad conocidísima y en constante descenso, pero seguimos sin erradicarla, por lo que es preciso poner atención en su seguimiento, fundamentalmente mediante la declaración, y comprobar que los tratamientos se cumplen hasta la curación”, ha subrayado Bruno, que también ha aconsejado actuar sobre los factores de riesgo más conocidos: el tabaquismo, presente en un 30% de los casos de tuberculosis, y el alcoholismo, en un 12,3%.