Berlín/Estambul, 17 feb (dpa) – El periodista turco-alemán Deniz Yücel, detenido en Turquía hace un año por cargos de terrorismo y que fue puesto en libertad, aterrizó en Berlín en la noche del mismo viernes.
Tras abandonar la prisión el viernes, Yücel se dirigió al aeropuerto y tomó un vuelo charter de regreso a Alemania.
Su esposa, Dilek Mayatürk Yücel, lo abrazó en las afueras de la prisión cuando fue liberado. «¡Al fin! ¡Al fin! ¡Al fin! ¡Deniz está libre!», había escrito antes en su cuenta de la red social Twitter. Ambos se habían casado en la prisión de Silivri, al oeste de Estambul, en abril de 2017.
La noticia de su puesta en libertad se produjo tan solo un día después de que la canciller Merkel recibiese en Berlín el jueves al primer ministro de Turquía, Binali Yildirim.
«Me alegro como muchas otras personas de que pudiese abandonar hoy la prisión. Me alegro por él, por su mujer y por su familia, que tuvieron que afrontar un año muy duro separados de él», declaró el viernes la canciller alemana, Angela Merkel, en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki.
Yücel, que fue detenido el 14 de febrero de 2017 en Estambul y contra quien se dictó prisión preventiva por cargos de terrorismo, se convirtió en el símbolo de la crisis diplomática que afecta desde tiempo a Alemania y Turquía.
El informador del diario alemán «Die Welt» fue acusado de difundir propaganda del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), prohibido en Turquía, así como del movimiento liderado por el clérigo exiliado Fethullah Gülen, a quien el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, responsabiliza de la intentona golpista.
Deniz Yücel negó en todo momento los cargos que se le imputan. Desde la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunciaron además que su detención forma parte de la estrategia de Ankara de encarcelar a profesionales de los medios críticos con el Gobierno de Erdogan.
Pese a los continuos esfuerzos del Gobierno de Merkel, que pidió su puesta en libertad en numerosas ocasiones y llegó a recibir personalmente a la esposa del periodista, Erdogan se negó a poner en libertad al informador, al que acusaba de ser un espía.
Deniz Yücel fue el primer periodista alemán en ser encarcelado como parte de la ofensiva contra los medios iniciada en medio del estado de emergencia dictado tras el fallido golpe de Estado de julio de 2016.
Antes de dictarse su puesta en libertad, la fiscalía turca solicitó contra él una pena de 18 años de cárcel.
La noticia de su puesta en libertad fue celebrada con júbilo en las redes sociales en Alemania. En la plataforma de microblogging Twitter, numerosos políticos, ministros del Gabinete de Angela Merkel y periodistas se sumaron al hashtag #freedeniz (Deniz libre, en español), que en tan solo unos minutos logró convertirse en tendencia en el país.
Tras la liberación del periodista, el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, se manifestó a favor de una mejora en las relaciones bilaterales. «Hemos superado estos problemas entre nosotros, ahora tenemos que enfocarnos en cosas más positivas», dijo el viernes en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Por su parte, su homólogo alemán, Sigmar Gabriel, dijo que es necesario buscar «un camino común para nuestro futuro en común».
Las relaciones entre Alemania y Turquía son complicadas desde mediados de 2016, cuando el Parlamento en Berlín aprobó una resolución que calificaba como genocidio la masacre sufrida por los armenios cien años atrás durante el Imperio Otomano, causando gran irritación en Ankara.
La marcada deriva autocrática e islamista de la que es acusado el presidente Recep Tayyip Erdogan desde que tuvo lugar el intento de golpe de Estado en Turquía en julio de 2016 y las continuas encarcelaciones de activistas y ciudadanos alemanes en el país del Bósforo tampoco han ayudado a limar asperezas.
Alemania y Turquía han mantenido tradicionalmente unas buenas relaciones bilaterales. En la potencia europea viven casi tres millones de personas de origen turco, siendo la comunidad de inmigrantes más numerosa que existe en el país.
Por María Prieto (dpa)