(dpa) – El policía italiano que abatió a Anis Amri, el hombre que atentó contra un mercado navideño en Berlín matando a 12 personas hace un año, insiste en que no tuvo opción cuando lo mató, según contó en una entrevista que publica hoy el diario italiano «La Repubblica».
«Sí, maté a un hombre. Y pienso mucho en ello», se sincera Luca Scata en la entrevista publicada dos días antes de que se cumpla un año del atentado.
Amri embistió los puestos del mercado navideño el 19 de diciembre de 2016 con un camión que había robado, en lo que constituyó el atentado islamista más mortífero en la historia de Alemania dejando 11 muertos. Antes había ultimado a tiros al conductor del camión, de nacionalidad polaca. Unas 70 personas sufrieron heridas.
Cuatro días después, Amri fue interceptado por Scata y su compañero de patrulla, Christian Movio, delante de la estación de tren de Sesto San Giovanni, un barrio en el norte de Milán, y abatido en un tiroteo en el que también Movio resultó herido de bala en el hombro.
«Disparé un solo tiro. Y no tuve tiempo para apuntar a una parte concreta del cuerpo. Sólo recuerdo que cuando estaba apretando el gatillo pensé que ese hombre había decidido morir (…) porque o yo disparaba contra él o él habría disparado otra vez», señala Scatea.
Amri fue descubierto porque al ver el coche de la patrulla, empezó a caminar más rápido y empezó a dar respuestas nerviosas cuando le preguntaron quién era y dónde iba, cuenta Scata, que asegura que en un principio pensó que se trataba de un traficante de drogas.
En la misma entrevista, Movio contó cómo se giró de lado para protegerse al ver que Amri sacaba una pistola. «Eso me salvó porque la bala me perforó el hombro en vez del pecho». Después se puso a cubierto detrás del coche de la policía mientras Amri seguía apuntándolo y gritaba «bastardos» y «bastardos policías». Al centrarse en Movio, Amri posiblemente se puso a tiro para Scata y selló su destino.
Tras abatir entonces fugitivo más buscado en Europa, los dos italianos fueron celebrados como héroes, pero tras hallarse mensajes considerados fascistas y contrarios a la inmigración en sus perfiles en las redes sociales, Alemania canceló sus planes de condecorarlos.
El saludo fascista en Instagram era un «gesto de broma», se justifica Scata. «Si pudiera volver atrás desearía no haber hecho nunca esa foto (…) No tengo nada que ver con el fascismo», insiste.
También Movio dice que no volvería a poner nunca en su Facebook lo que colgó entonces, entre otras cosas una imagen de Hitler. «De verdad, lo último que puedo decir de mí es que soy racista».
Desde el año pasado, los dos policías no han vuelto a trabajar juntos. Han sido ascendidos, premiados por la presidencia Italiana y también trasladados a destinos más cercanos a sus hogares: Scata es siciliano y Movio de Friuli-Venzia Giulia, cerca de la frontera con Eslovenia.