(dpa) – La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) completó hoy la elección de la nueva cúpula que estará encabezada por el eurodiputado Jörg Meuthen y el jefe del grupo en el Parlamento alemán, Alexander Gauland, dos figuras benevolentes con el ala radical nacionalista de la agrupación.
En el segundo y último día de un congreso realizado en la ciudad de Hannover se escucharon fuertes críticas a la presunta «islamización» de Alemania y a la canciller democristiana Angela Merkel.
La diputada Beatrix von Storch, elegida integrante de la ejecutiva, llamó a Merkel «la mayor violadora de la ley en la historia de la posguerra alemana» por permitir el ingreso de más de 1,2 millones de refugiados del Medio Oriente y África en 2015 y 2016.
Von Storch, una política que causó revuelo al justificar el uso de armas contra mujeres y niños para impedir que entrasen en Alemania, identificó «la decadencia de las élites» como el principal problema de Alemania. «La AfD es la última esperanza para este país».
También Alice Weidel, quien dirige junto con Gauland la bancada de la AfD en el Bundestag alemán, dirigió duras palabras a la mandataria tras ser confirmada en la ejecutiva. «El ocaso de Merkel está sucediendo desde hace tiempo. Nosotros lo causamos».
La AfD galvanizó el descontento de muchos alemanes hacia la política de puertas abiertas de Merkel para hacerse con 12,6 por ciento de los votos en las elecciones generales en septiembre y convertirse en tercera fuerza y en la primera agrupación de extrema derecha que se sienta en el Parlamento germano en más de medio siglo.
El partido antiinmigración eligió el sábado a Gauland y Meuthen como presidentes, dos políticos que protegen al nacionalista Björn Höcke, el dirigente del partido en Turingia, en el proceso de expulsión por criticar la cultura de la memoria de los crímenes del nazismo y llamar «monumento de la vergüenza» al dedicado a las víctimas del Holocausto en Berlín.
Sin embargo, otros puestos de la directiva fueron ocupados por representantes del sector más moderado como el jefe de la sección de Berlín, el militar retirado Georg Pazderski, quien fracasó anteriormente en el intento de hacerse con uno de los dos puestos de presidente.
El propio Gauland, quien en el pasado pidió al país que deje de reprocharse su pasado nazi y se muestre orgulloso de los soldados germanos que lucharon en las dos guerras mundiales, impidió la elección como miembro de la directiva de un ex funcionario del neonazi Partido Nacional Democrático (NPD).
La elección de la nueva directiva fue precipitada por la partida de la copresidenta Frauke Petry, que acusó al partido de haberse vuelto demasiado extremista y ahora es diputada independiente.
En declaraciones al diario «Bild», Petry afirmó que la AfD ha quedado en manos de la derecha nacionalista. «Ahora pasa lo que siempre quiso Björn Höcke, tener a Gauland de marioneta en la presidencia».
El congreso estuvo jalonado por fuertes protestas callejeras y choques entre manifestantes y la Policía que se saldaron el sábado con varios policías y por lo menos un manifestante heridos y la detención de diez manifestantes. Unas 6.500 personas marcharon por la ciudad del norte alemán en señal de repudio.