(dpa) Si nuestro gato sale de casa regularmente también en invierno, deberemos preocuparnos por ofrecerle un refugio exterior.
Esto es aún más aconsejable para los animales que no pueden volver a entrar en casa a cualquier hora.
Lo mejor es ponerles una casita caliente, bien aislada contra el frío, fuera de nuestro hogar. Puede ser, por ejemplo, una caseta de perro de un tamaño pequeño o una conejera.
Quien sea mañoso, puede encargarse de hacer una él mismo. Los más importante es que las paredes y el suelo estén bien aisladas contra el frío. Para ello se puede usar poliestireno o corcho.
Y por para que el gato esté caliente y cómodo, se puede poner dentro un forro polar.