Todas las maternidades de la red pública de hospitales de Asturias disponen de una unidad de neonatos, donde se aplican diversos programas para favorecer el desarrollo y bienestar de los bebés prematuros y de sus padres durante su estancia en ellas. Al año, atienden a unos 475 nacidos antes de que culmine la semana 37ª de gestación y lo hacen con unos estándares de calidad recogidos en la Estrategia de atención al embarazo, parto, etapa neonatal y lactancia materna en Asturias.
Estas cifras suponen entre el 6% y el 7% de todos los nacimientos que se registran anualmente en el Principado, es decir, uno de cada 17, lo que representa una tasa ligeramente inferior a la media nacional, que es de uno de cada quince, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2014
Los servicios de neonatos se clasifican en tres niveles, según la intensidad de los cuidados y la complejidad de los casos. Los hospitales universitarios Central de Asturias (HUCA) y de Cabueñes (CAHU) cuentan con unidades de críticos para los bebés que requieren cuidados más intensivos; el Hospital Universitario de San Agustín dispone de recursos para prestar cuidados intermedios, mientras que el resto de los centros de la red tiene unidades de atención especial.
La prematuridad obliga a los bebés a permanecer en estos dispositivos durante semanas e incluso meses. Para mejorar las dificultades que esta situación conlleva para las familias, se ha implantando un modelo de cuidados centrados en el desarrollo del niño y la atención a su entorno a través de medidas como la apertura de la unidad a los padres las 24 horas del día, la práctica del método canguro, la instauración del contacto piel con piel o la apertura de un canal de comunicación permanente para consultar dudas. Estos cuidados tienen por objeto favorecer el crecimiento neurosensorial y emocional del recién nacido y disminuir su estrés.
En estas unidades también se tiene muy en cuenta el ambiente en el que se encuentran las criaturas, lo que incluye desde cuestiones como la postura, la manipulación de los bebés o la estimulación sensorial, a la cantidad de luz y ruido, y el apoyo y compañía de la familia que participa en su crianza.
Lactancia materna
Otro factor importante para su desarrollo es la alimentación con leche materna, que disminuye el riesgo de las complicaciones que puedan afectar a la evolución de estos bebés. Para favorecerla, el Hospital de Cabueñes cuenta con camas las 24 horas del día para mejorar el descanso y la estancia de las madres que deciden recurrir a ella. Desde su puesta en marcha en julio, 17 mujeres han hecho uso de estos espacios y han mantenido al recién nacido con este tipo de lactancia exclusivamente durante el tiempo que ha durado el ingreso.
También ha resultado fundamental la apertura en el HUCA del banco de leche materna procedente de donaciones altruistas, que permite suministrarla a los pacientes pediátricos hospitalizados que no pueden recibirla de su propia madre, en muchos casos bebés prematuros o grandes prematuros. En él se recibe el alimento, se procesa y se distribuye para apoyar a las madres que quieren amamantar a sus hijos y disminuir los riesgos inherentes a la alimentación artificial en lactantes hospitalizados, especialmente los prematuros, y que carecen de ella.
Desde que en enero se puso en marcha este primer banco, se han obtenido más 65 litros de leche cruda gracias a la solidaridad de más de 60 donantes, que han permitido facilitar una dieta de lactancia natural a una treintena de criaturas.
La Organización Mundial de la Salud conmemora hoy el Día Mundial del Niño Prematuro, una iniciativa destinada a atraer la atención hacia un problema mundial que es la principal causa de mortalidad neonatal y la segunda causa de mortalidad infantil en el mundo. Cada año nacen unos quince millones de bebés prematuros, lo que equivale a uno de cada diez.
La Estrategia de atención al embarazo, parto, etapa neonatal y lactancia materna en Asturias permite ofrecer a los profesionales sanitarios, herramientas útiles que les ayuden a prestar a las madres, a sus bebés, y a sus parejas, una atención humanizada y de calidad, fomentando la implicación de las mujeres en la toma de decisiones, así como la adecuada coordinación entre los distintos profesionales que intervienen en la atención a estos procesos.