Cuando una pareja se casa nunca piensa que se va a divorciar, sin embargo, sucede en una gran cantidad de ocasiones. Se trata de una de esas cosas que piensas que no te va a pasar a ti, y cuando pasa, parece que tu mundo se desmorona
El divorcio supone una época de cambios. Un cambio de vida, un cambio de compañero o compañera y en multitud de ocasiones también un cambio de casa. Si tienes hijos, tendrás que explicarles bien lo que está pasando, y priorizarlos para que sufran lo menos posible las decisiones de los adultos.
Y por si fuera poco el dolor, el divorcio genera unos gastos y unos papeleos que pueden hacer que nos desesperemos en mayor medida.
Por eso, profesionales como Z Abogados en Madrid, están acostumbrados a tratar con estos asuntos, y nos pueden aconsejar sobre cómo actuar en este sentido, cuando estamos en proceso de divorcio.
Los tipos de divorcio
Existen varios tipos de divorcios, es decir, que se puede legalizar el proceso de varias formas. Algunas son más cómodas que otras y más fáciles, pero serán necesarios cumplir ciertos objetivos. En general, podemos distinguir tres tipos de divorcios.
Divorcio de mutuo acuerdo
Se trata de una forma rápida, económica y sencilla de formalizar el proceso. Mediante el divorcio de mutuo acuerdo no habrá necesidad de celebrar un juicio, lo único que habrá que hacer es presentar la demanda y el convenio y ratificarlo junto a tu pareja en el Juzgado. Como ambos conyúges llevan el mismo abogado y procurador, el ahorro de costes será significativo.
En el convenio se deberán incluir ciertos puntos importantes en los que la pareja deberá estar de acuerdo, como la custodia de los hijos, regímenes de visita, el uso del domicilio familiar… entre otras cuestiones.
Divorcio contencioso
Cuando no hay acuerdo por parte de los cónyuges la cosa se complica y será necesario que se realice un divorcio contencioso. Se trata de un proceso más largo y más doloroso, pero será necesario para llegar al acuerdo al que no ha podido llegar la pareja por sí sola.
Es necesario recalcar que, el divorcio contencioso puede solicitarse, aún cuando una de las partes no esté de acuerdo. Entre los temas a tratar, podrán darse diferencias en cuestiones como la custodia de los hijos, las pensiones alimenticias, el régimen de visitas… pero también pueden tratarse otras que no corresponden a los hijos, como la pensión compensatoria, el uso del domicilio familiar o el reparto de bienes restantes.
Divorcio notarial
El divorcio notarial es la modalidad más nueva para formalizar esta situación, y también la más cómoda. Se realiza sin juzgados, ni Ministerio Fiscal, solo acudiendo ante el notario, por lo que los gastos que se ahorran son bastante significativos.
Eso sí, para divorciarse de esta forma el matrimonio en cuestión tendrá que cumplir una serie de requisitos. Para empezar, el divorcio tiene que ser de mutuo acuerdo y tampoco pueden tener a su cargo hijos, en el caso de que sean menores de edad o discapacitados.
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Los niños, el punto más delicado de los divorcios
En un divorcio las partes suelen sufrir bastante. Si ya es dolorosa una ruptura, cuando hay papeles por el medio y una vida en común, suelen ponerse las cosas algo más feas. Y está claro que, aunque sufren ambos conýuges, una siempre suele llevarse la peor parte. Pero la más delicada es la parte que le toca a los hijos.
Los niños deben estar especialmente cuidados en esta época. A la hora de explicarles la situación es mejor que lo hagamos de la forma más clara posible. Si le transmites a tu hijo con seguridad que os separais pero que podrá ver tanto a su papá como a su mamá siempre que quiera, le dejarás mucho más tranquilo
Por otra parte, es muy importante que no hayan discusiones, o al menos delante del niño. El respeto hacia la ex pareja es fundamental para que el niño se sienta querido y en paz, pues hacerle partícipe de discusiones o hablar mal de la otra parte, puede ser muy perjudicial para el pequeño
Otra cuestión importante es que está bien procurar que el niño se sienta querido, y procesarle todo tu amor y estar pendiente de él será necesario. No obstante, te aconsejamos que no caigas en la trampa de la anarquía y le dejes hacer todo lo que desee. Las normas de casa deben seguir firmes, e intentar comprarle no os beneficiará a ninguno.