Era un partido en el que había algo más que tres puntos en juego. El Sporting tuvo ayer la posibilidad de ponerse como líder ante Las Palmas, pero enfrente tuvo a un rival muy intenso que le obligó a rendir al máximo durante los noventa minutos. Desde los compases iniciales quedó claro que ninguno de los dos conjuntos se conformaba con el empate, pero tampoco estaban dispuestos a darle concesiones al rival.
Guerrero y Juan Muñiz tuvieron las ocasiones más claras del Sporting en la primera mitad, pero el resto de intentos se quedaron en eso. Alberto, uno de los jugadores más destacados del Sporting, tuvo que emplearse a fondo para desviar los disparos de Vicente y Hernán.
Salió más entonado el conjunto rojiblanco tras la reanudación, donde se libraron de la presión canaria con rápidos contrataques. El colegiado, para sorpresa de todos los aficionados, decretó penalti en un agarrón sobre Bernardo. Juan Muñiz se encargó de transformar la pena máxima. Con el triunfo momentáneo el Sporting se situaba líder, pero diez minutos después un barullo en el área gijonesa fue aprovechado por Aythami para igualar el marcador.
En la recta final el Sporting intentó sin fortuna llevarse los tres puntos, pero no tuvo fortuna en los últimos metros.