Todos los vehículos, y más los de última generación, tienen automatizadas algunas alertas que ponen en aviso a sus dueños ante posibles problemas o averías.
Aceite, ruedas, motor o batería son solo algunos de los avisos luminosos que nos ofrece el cuadro de un vehículo para controlar que todo marcha de la manera que debe. Si no fuera así, además, hay que tener en cuenta cuáles son los casos en los que hay que llamar al seguro de auto para poder recibir asistencia.
De ignorar estos avisos, se pueden provocar daños mayores que acaban con facturas elevadas en el concesionario o taller.
Pero, ¿cuáles son los testigos más habituales?
- ABS: si salta este tipo de alerta luminosa en el cuadro del vehículo debes tener en cuenta que algo ocurre con los frenos, con lo que será recomendable extremar la precaución, inmovilizar el coche, llamar al seguro si cubre la grúa y llevar el vehículo al taller.
- Motor: el símbolo de fallo de motor es el que más miedo da a cualquier conductor que se precie porque puede suponer, si se fuerza a continuar al vehículo, una avería de miles de euros. En caso de que salte este indicador, como en el caso anterior, lo mejor es parar el vehículo y pedir asistencia.
- Presión de neumáticos: puede ser la antesala de un pinchazo. En este caso es tan sencillo como parar en un taller o gasolinera, coger el libro del vehículo y ver cuál es la presión recomendada para la conducción. Quizá es de los que menos preocupan cuando saltan.
- Combustible: y más vale no ignorarlo si no queremos quedarnos tirados en cualquier arcén. La iluminación de este testigo nos indica que hace falta el repostaje porque el vehículo ya va con el combustible de reserva, con lo que más vale no pasar de largo si no queremos que el coche “muera”.
- Control de estabilidad: si este testigo se enciende, extrema las precauciones porque algo está fallando en el control automático de estabilidad que llevan los vehículos. Basta con eso, reducir velocidad y extremar el control del volante y vehículo.
- Batería: ver esta luz roja tiene que ver con el fallo de la batería o alguno de sus elementos eléctricos, lo que puede hacer que el vehículo acabe fallando. Más vale ir a un taller a hacerle una diagnosis para saber qué ocurre.