La delegada de Global Humanitaria en Asturias, Belén González, expondrá esta semana en Candás los objetivos, logros y retos pendientes del programa de Seguridad alimentaria de Global Humanitaria en Guatemala, a raíz del apoyo a este programa del municipio asturiano.
El Ayuntamiento de Carreño apoya, en su convocatoria 2017 de proyectos de cooperación al desarrollo, el proyecto Niños/as mayas mejorando su estado nutricional presente y futuro. Comedores y huertos escolares en 5 escuelas de Guatemala.
Desde el año 2013, Global Humanitaria lleva a cabo un programa en Guatemala cuyo fin es mejorar la alimentación de niños y niñas de comunidades maya q’eqchí que viven en condiciones de pobreza y extrema pobreza en el sur de Petén.
Actividades como los huertos escolares mejoran la cantidad y la diversidad de la dieta del alumnado de educación primaria con hortalizas frescas. Estos huertos proveen a los comedores que funcionan durante todo el año escolar.
Previo a la apertura de los comedores escolares, los escolares pasan un control de talla y peso para determinar su estado nutricional. A la vez que se hacen estos controles se les administran desparasitantes. Cuando termina el curso, el control de repite; de este modo el programa efectúa un seguimiento de cada alumno/a y cómo evoluciona y tomar las medidas pertinentes.
Además del impacto directo en la mejora de la talla, el peso y la salud general de los niños y las niñas, el programa mejora el rendimiento escolar. También forman parte el programa la formación de en seguridad alimentaria e higiene y la capacitación de las familias.
Todo el programa se realiza con la participación comunitaria y alimenta el protagonismo y la toma de decisiones por parte de las mujeres de estas comunidades.
A pesar de los avances, Guatemala tiene unos elevados índices de desnutrición infantil, situación que se agrava en las zonas rurales donde, según datos recientes de Unicef, ocho de cada 10 niños padecen desnutrición crónica. A este dato se añade que cerca de 3 millones de guatemaltecos no tienen acceso al agua entubada (corriente), y unos 6 millones no cuentan con servicios de saneamiento, dos factores clave de un problema que tiene como causa principal la pobreza y que inciden directamente sobre la salud y crecimiento de los alumnos y su aprovechamiento escolar.