Es habitual que las familias se endeuden para buscar la liquidez que no tienen en créditos o préstamos personales, o al hacer uso de la tarjeta de crédito. Son muchas las situaciones en que las personas se endeudan, y BankRate, Lifehacker y Life With Amission recogieron los motivos más comunes para explicarlo. Fueron recogidos por la web especializada Finanzas Personales.
Gastar más de lo que se gana es muy habitual. La falta de planificación y de educación financiera se podría considerar un problema global en el seno de las familias, que se ven obligadas a endeudarse para poder hacer frente a gastos de alimentación, transporte u otros servicios de primera necesidad.
A este respecto, Finanzas Personales incluyó entre sus artículos “Los altos costos de una vida de apariencias”, en el que contaba el caso de 50 Cent, nombre artístico del famoso rapero Curtis J. Jackson que compraba coches de lujos y artículos de joyería para fotografiarse con ellos y luego devolverlos. Y es que se encontraba en bancarrota tras afrontar una demanda millonaria por la publicación de un vídeo de contenido sexual sin autorización.
Las cuentas médicas, los impuestos, unas condiciones laborales demasiado precarias, gastos imprevistos como costos funerarios, deudas heredades o el divorcio son también causas habituales de endeudamiento. Eso y, por supuesto, no tener ni idea de economía y finanzas.
Sea por lo que sea, una vez contraída una deuda hay que intentar deshacerse de ella. De no pagarla, como mínimo, se podría tener presencia en ficheros de morosos que supondrían problemas en el futuro a la hora de contratar servicios, como la telefonía móvil. En el peor de los casos, pueden aparecer los problemas legales.
Reducir los gastos al máximo
El primer paso para afrontar una deuda es asumir que, hasta que no se pague, hay que apretarse el cinturón, como se le llama popularmente a optar por la austeridad máxima.
Esto exige disciplina, y es fundamental para dejar de aumentar la deuda. Pasa incluso por soluciones drásticas como cortar la tarjeta de crédito por la mitad, si el deudor se siente incapaz de dejar de usarla.
Lo mejor es llevar un control de los ingresos y gastos, un registro en el que se apunte cualquier concepto con su cantidad y que permita visualizar de forma gráfica de qué se puede prescindir. Y hacerlo. Al margen de los gastos indispensables, como alimentación, transporte, alquiler o hipoteca y transportes, es muy probable que de lo demás se pueda prescindir temporalmente.
Lo que se consiga ahorrar, se dedicará a la saldar la deuda. El episodio permitirá aprender la lección.
Reunificación de deudas
Por supuesto, las deudas no son siempre atribuibles al consumo irresponsable de las familias. Vivir en un contexto en el que la economía no depare sobresaltos también es importante y, como hemos visto recientemente, las crisis económicas suelen arrasar.
Cuando las deudas no se pueden asumir solo intentando ahorrar, habrá que plantearse otras herramientas como la reunificación de deudas. Ge2010, por ejemplo, ofrece la posibilidad de reunificar prestamos sin hipoteca.
Se trata de juntar todos los pagos en uno solo, de manera que el importe a pagar mes a mes sea menor que la suma de todas las deudas contraídas. Como contrapartida, el plazo se alargará, y se terminará pagando más en el cómputo total, pese a que cuotas serían más asequibles.
Y es que reunificar incluye la negociación de un nuevo préstamo que implica gastos de apertura y cancelación anticipada de los anteriores, además de otros asociados que también deberá asumir el deudor, a la larga. Pese a ello, cuando asumir la deuda se torna misión imposible, puede ser una salida.
Reducir el tipo de interés
Ahorro.net propone también solicitar la reducción del tipo de interés. Para ello, hay que identificar cualquier deuda en la que se pague más de un 14% o 15% TAE, y llamar a la entidad correspondiente para solicitar su bajada.
En muchas ocasiones, esto supone todo un ejercicio de presión, de saber contraponer lo que ellos ofrecen a lo que proponen otras. Mantenerse firme en el propósito puede servir y, de hecho, hay muchas entidades que reconsideran sus números para, por ejemplo, evitar que se deje de usar su tarjeta de crédito.
Es también una forma de que el consumidor se empodere porque, al fin y al cabo, es una fuente o potencial fuente de ingresos para este tipo de compañías, como recuerda Ahorro.net.