¿Cuántos de nosotros hemos soñado con tener un animal que nos acompañe a todos lados? ¿A quién no le gustaría un pequeño pájaro que puedas llevar sobre tu hombro a pasear y no tener miedo a que se escape? Hay un pájaro con el que puedes entablar amistad, la suficiente para que confíe y no se separe de ti.
Este tipo de aves proviene de África, y su propio nombre los identifica; agapornis. Proviene del griego y deriva de los términos ágape (Afecto, cariño) y ornis (ave) y se refiere al amor que se establece entre sus parejas, donde macho y hembra pasan mucho tiempo acicalándose y acurrucándose mutuamente.
Pero estos pequeños loros, más conocidos por su sobrenombre de inseparables, de entre 13 y 16 cm de tamaño, cola muy corta y de colores vivos y variados, también pueden establecer lazos de amistad parecidos con las personas, si se las educa correctamente y se cuidan bien. Son animales ideales para los más jóvenes que verán en este adiestramiento una relación especial con seres distintos a ellos y les enseñará el camino de la responsabilidad.
Pasos para la educación de las aves agapornis
Para convertir un agapornis en un inseparable vas a tener que pasar algo de tiempo con él y, con paciencia y unos pasos concretos, poder amansarlos y establecer con ellos la relación que los hace tan particulares.
A grandes rasgos las diferentes especies de agraponis se domestican igual, pero son muchas las variedades que hay. Todas responden al nombre común de agapornis papillero y esto se debe a la alimentación, en forma de papilla, que reciben de los padres cuando son crías.
Con el agapornis hay que ir poco a poco para ganarte su confianza, sobre todo si aún no está domesticado, en cuyo caso no trates de cogerlo al principio, mantenlo cerca de ti, pero dentro de su jaula, que se vaya acostumbrando a tu presencia.
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Para ganarte esa confianza de la que hablamos, puedes hablarle con voz dulce y tranquila varias veces al día, pronunciando su nombre repetidas veces. Todo lo que hagas a su alrededor hazlo con suavidad y hablándole cariñosamente e incluso cantándole melodías suaves. No intentes tocarle hasta que no sea él el que se acerca a tu mano por sí mismo, para ello deja tu mano dentro de la jaula sin moverla y espera pacientemente que se suba a uno de tus dedos.
Para aligerar el proceso puedes ofrecerle unos snacks preparados especialmente para ellos, que le deberás ofrecer directamente con tu mano, reduciendo progresivamente la que le pones en el plato aumentando la que le das personalmente, siempre con calma y paciencia, disfruta de estos primeros contactos, será más fácil y tu pájaro te aceptará antes.
Si todavía no se ha subido a tus dedos acaríciale el pecho suavemente, sin elevar nunca tu mano por encima de su cabeza, pues supone una amenaza para ellos. Presiónale el abdomen ligeramente, empujándolo hacia tu dedo. Cuando lo consigas durante un tiempo más o menos prolongado y notes que el animal se siente cómodo en tu mano puedes intentar sacarlo de la jaula.
Cierra la habitación completamente; si revolotea, ve por él y trátalo igual que si estuviera dentro de la jaula, acercándole la mano muy lentamente hasta que se pose en el dedo. Cuando lo acostumbres a esta situación, puedes ponértelo en el hombro y caminar con él por el interior de la casa, siempre cerrada para evitar que por un descuido salga y se pierda.
Por último, puedes ir pronunciando una palabra cada vez que lo subas a tu hombro, para que la relaciones y al final sirva como una orden para que por sí solo se suba a tu hombro.
Tipos de agapornis
Como hemos comentado hay varias especies, podemos comenzar diferenciando dos tipos fundamentales en función de su crianza, los agapornis salvajes, que son aquellos que han sido criados en libertad bajo la protección de sus padres naturales, y los agraponis papilleros que son los domésticos, criados por humanos.
El agapornis tiene 9 especies y 6 subespecies principalmente, las más comunes, las que utilizamos para un adiestramiento como inseparable de las personas son laFischeri, original de Tanzania, es la más fácil de cuidar y conseguir que se reproduzcan. Personautus, vecinas de la anterior especie, aunque no es recomendable criarlas juntas. Roseicollis, tal vez los más extendidos por la viveza y riqueza de sus colores, son también muy fáciles de criar.
Otras especies de agapornis menos conocidas son el Canus, Taranta (el más grande), el Nigrigenis (el más pequeño y semiprotegido), el Lilinae (semiprotegido), el pullarius (el más complicado de criar)…