(dpa) – ¿Será pequeño, eléctrico, totalmente interconectado? ¿Circularán los autos en forma autónoma transportando a sus pasajeros por la ciudad? ¿O serán superrápidos y supercaros, unos pocos por varios millones de euros a velocidades que superen los 350 km/h?
El auto del futuro se presenta como una incógnita en el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort (IAA), que mantiene sus puertas abiertas hasta el 24 de septiembre con más de 300 modelos nuevos en exhibición.
«Hay muchas preguntas que mueven al conjunto del sector», dice el CEO de Daimler Dieter Zetsche. Y más de una respuesta, agrega. «Debemos hacer una cosa sin dejar de hacer la otra», señala Zetsche, tratando de trazar un arco entre el mundo conocido y el del porvenir, entre el motor de combustión interna y el eléctrico, entre el transporte urbano autónomo y el superdeportivo analógico.
Así se ve también el stand de Daimler en el Salón de Fráncfort. Allí se exhiben dos autos que son lo más opuesto que pueda imaginarse: el Smart Vision EQ como el taxi-robot del año 2030 y el Project One, que será el primer hiperdeportivo de Mercedes, a un precio de casi tres millones de euros.
Todos los expositores se encuentran en Fráncfort con este desafío de desarrollos opuestos. El consorcio Volkswagen muestra con el Audi Aicon la visió de un sedán de lujo y personalizado, y con el minibús Sedric una alternativa autónoma para el tránsito urbano. Y junto a ellos, una flota de nuevos modelos de batería para la familia I.D. de autos eléctricos de Volkswagen.
«Lideraremos la transformación de nuestra industria», anunció el CEO de Volkswagen Matthias Müller an. El consorcio alemán invertirá 20.000 millones de euros para desarrollar en los próximos diez años 80 modelos eléctricos de todas sus marcas.
Pero Volkswagen tiene competencia en esta pretensión de liderazgo. BMW aspira a disputárselo al menos en el segmento superior. En el Salón de Fráncfort se presenta con un Mini eléctrico y un prototipo de un sedán de clase media con una autonomía de 600 kilómetros. ¿Podrá ponerse a la par de Tesla la automotriz muniquense? La empresa estadounidense lleva por ahora la delantera en lo que respecta a autonomía de autos eléctricos.
Los fabricantes se enfrentan a un desafío adicional: cómo llegar a este futuro un tanto incierto con modelos concretos que puedan colocar en el mercado actual. «Hemos invertido demasiado y todavía tenemos tiempos de desarrollo y ciclos productivos demasiado largos como para poder cambiar de paradigma de un día al otro», dice un alto ejecutivo de una automotriz alemana.
Los modelos futuristas presentan una plenitud de sorpresas en lo que se refiere a su motorización y sus asistentes de conducción. Los estrenos de hoy son en tanto más previsibles. Se trata sobre todo de autos SUV, con los que la mayoría de las empresas automotrices busca sobrevivir a la turbulencia de los próximos años.
Mientras Daimler, Volkswagen y BMW prometen la gran electrificación para fin de esta década, hay todavía unos cuantos motores a combustión interna convencionales que esperan la señal de largada. El abanico de los SUV en la IAA se abre con los todoterreno urbanos como VW T-Roc, Seat Arona, Skoda Karoq, Citroën C3 Aircross y los modelos gemelos Hyundia Kona y Kia Stonic, en tanto que lo cierran autos de lujo como el nuevo Porsche Cayenne y el prototipo BMW X7, a punto de entrar en producción en serie. Entre ambos extremos se ubican el compacto Dacia Duster y los modelos de clase media Jaguar e-Pace, BMW X3 y Opel Grandland X.
Entre las escasas novedades que no apelen a la gran aventura están los modelos pequeños como el nuevo VW Polo, compactos como el Hyundai i30 Fastback y el Subaru Impreza o modelos del segmento superior como el BMW Serie 6 GT y el nuevo Audi A8. El anzuelo de la potencia instalada suele ser atractivo para una clientela importante, por lo que también se ofrecen fortalezas compactas como el Hyundai i30N y el Renault Mégane RS, pasando por modelos de clase media como el Kia Stinger o el BMW M5, hasta el nuevo Bentley Continental.
Docenas de modelos a estrenar entre el deseo y la realidad, prototipos cargados de expectativas que pueden realizarse o no en la producción en serie y una gran cantidad de novedades convencionales. El Salón del Automóvil de Fráncfort ofrece algunas respuestas a las numerosas preguntas que se formula hoy la industria automotriz. Pero no permite vislumbrar aún un rumbo claro para el futuro.
Tampoco colaboró en la búsqueda de respuestas el supuesto líder de vanguardia en la reeinvención del automóvil. Todos hablan de la marca estadounidense, pero justamente Tesla, al igual que otra docena de fabricantes, canceló su participación en el IAA 2017.
Por Thomas Geiger