(dpa) – Angela Merkel es favorita para ganar su cuarta elección general en Alemania sin haber escrito ni una palabra en las redes sociales.
Mientras que la mayoría de los políticos de Alemania se afanan por conseguir seguidores en Internet, Merkel se ha convertido en la última líder del Grupo de los Siete países más industrializados sin tener siquiera una cuenta en Twitter.
Algo que muchos no pueden entender. Merkel se convertiría fácilmente en la política alemana más popular en la red social, según una encuesta del instituto demoscópico YouGov.
La dirigente germana, en cambio, prefiere ser representada por su portavoz, Steffen Seibert (@RegSprecher). La cuenta de Seibert tiene unos 830.000 seguidores, una cifra intermedia entre los 380.000 de la primera ministra británica, Theresa May, y los 1,9 millones del presidente francés, Emmanuel Macron.
Los tweets del vocero suelen ofrecer información y citas de las ruedas de prensa y las reacciones oficiales a un suceso mundial. Pero la cuenta parece exactamente lo que es, la de un portavoz de prensa.
A diferencia de las cuentas personales de otros mandatarios, la de Seibert no da en absoluto la sensación de que el contenido salga directamente de los dedos de Merkel.
«Es una oportunidad desaprovechada», estima John H. Parmelee, autor de «La política y la revolución de Twitter», un estudio sobre el impacto de la red en las elecciones alrededor del planeta.
«Los líderes se posicionan mucho mejor si están en Twitter», dice Parmelee a dpa. «Las investigaciones muestran que los tweets políticos pueden tener la misma influencia en las opiniones de sus seguidores que la que tienen los amigos y la familia».
Por esta razón, más del 90 por ciento de los gobernantes democráticos tienen algún tipo de presencia en Twitter desde 2015, según dan cuenta cifras de la consultora de medios Digital Daya.
Aún así, Alemania es uno de los tres únicos países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y del Grupo de los Veinte principales países industrializados y emergentes (G20) sin un jefe de Gobierno tuitero y esto justamente en la fase álgida de la campaña electoral.
¿Entonces por qué se resiste tanto Merkel? Pese a que no se cansa de repetir de la necesidad de que Alemania avance en el proceso de la digitalización, la jefa de Gobierno se ha mostrado poco proclive a las nuevas tecnologías y llegó a describir Internet en 2013 como «territorio nuevo», desatando la sorna de muchos.
Al contrario que ella, el nuevo inquilino del Palacio del Elíseo en París se aseguró de ser fotografiado no con uno, sino con dos teléfonos inteligentes en su retrato oficial como presidente.
Merkel admitió recientemente que ha barajado abrir una cuenta de Twitter, pero que esto le demandaría mucho trabajo. «Tendría que estar controlando todo el tiempo lo que está pasando y diciendo algo de forma regular», dijo la semana pasada al grupo de medios RND.
Merkel podría echar mano de un equipo de redes sociales integrado por ocho personas que publican fotos y citas a cerca de tres millones de seguidores que tiene en Facebook e Instagram, relativamente pocos comparados con los 11 millones de fans del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Pero la líder germana es conocida por su cautela y sus silencios calculados, algo que contrasta con la vertiginosidad y volatilidad de los nuevos medios.
El principal rival de Merkel en los comicios del 24 de septiembre, el socialdemócrata Martin Schulz, suele estar muy activo en Twitter, tratando de provocar una respuesta de la canciller.
«Merkel rechaza una cuota para automóviles eléctricos pero no tiene ninguna propuesta propia. ¡El futuro de la movilidad no puede ser dibujado por una negativa política!», reza uno de los típicos tweets de Schulz. El socialdemócrata está muy por detrás de Merkel en las encuestas pero es el político alemán más popular en esta red.
Si desembarcase en Twitter, Merkel tendría aún más problemas para callar frente ante otra gran presencia en la red, la del presidente estadounidense Donald Trump.
El mandatario norteamericano se enzarza con frecuencia en batallas virtuales con políticos y personalidades, pero no ha podido hacer ningún hashtag de Merkel con sus críticas al superávit comercial alemán, la política de puertas abiertas a los refugiados o el dinero destinado por los alemanes al presupuesto de la OTAN.
Twitter podrá ser un campo de batalla electoral crucial en Estados Unidos, pero en Alemania no ha impedido a Merkel liderar las encuestas. Y según dijo una portavoz a dpa, aún no tiene planes de abrir una cuenta.
Por Coman Hamilton