Lugar estratégico del Mediterráneo, esta pequeña isla situada entre Italia, Túnez y Líbia fue objeto de numerosas ocupaciones a lo largo de su historia. Sicilianos, fenicios, cartagineses y romanos descubrieron el potencial de este pequeño país que más tarde estuvo también bajo el control del Imperio Bizantino, los árabes, la Corona de Aragón y Napoleón para pasar finalmente a ser una colonia inglesa hasta su independencia en 1964. Culturas diferentes que dejaron su impronta y moldearon la lengua de esta pequeña porción de tierra repleta de tesoros y atractivos turísticos.
Qué ver en Malta
La Valleta es la capital de Malta y fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Fortaleza de los caballeros de Malta, en sus construcciones de piedra y en sus callejuelas empinadas se respira historia. Imperdibles son las vistas desde el Fuerte de St. Elmo, y la visita al Palacio del Gran Maestre, la catedral anglicana de San Paul y el Puerto de la Valleta. Los amantes del arte disfrutaran con la contemplación de La decapitación de San Juan Bautista, obra de Caravaggio albergada en la Catedral de San Juan.
Mdina y Rabat son los tesoros medievales de Malta. Estas dos poblaciones conservan intactas sus arquitecturas medievales, sus murallas, y sus numerosos palacios, monasterios e iglesias.
Al sur de la isla se encuentra la localidad de Marsaxlokk, pueblo pesquero con un mercado en el que se puede comprar pescado autóctono y fresco a diario. El puerto está repleto de luzzus, pequeñas embarcaciones pintadas de llamativos colores y decoradas con el ojo de Isis. Cualquiera de los restaurantes del puerto será una buena opción para degustar la mejor comida tradicional.
Los cinéfilos tienen otra visita obligada. A pesar de que Malta ha sido escenario natural para innumerables films, la población de Popelle Village fue creada expresamente para rodar la película de Popeye protagonizada por Robin Williams en 1980.Hoy en día es un parque de atracciones que hace las delicias de los más pequeños.
Qué comer
Malta tiene una gastronomía autóctona influenciada por la cocina árabe e italiana. Son famosas las Pastizzerias, puestos callejeros en los que se puede encontrar un amplio surtido de pastizzes a elegir. Se trata de una masa frita u horneada rellena de todo tipo de ingredientes dulces o salados.
El conejo es otro de sus platos estrella, guisado con verduras constituye el plato más típico de la cocina maltesa. Puedes acompañar el plato de una Cisk, cerveza local de sabor muy suave o de una buena pinta inglesa.
Arte, cultura, fiesta y playas te esperan en el Mediterráneo.