La Consejería de Educación y Cultura ha adjudicado hoy las obras de restauración en San Miguel de Liño que incluyen la restauración de la pintura de El entronizado. El especialista Jesús Puras se encargará del proyecto, que cuenta con un presupuesto de 16.124 euros y un plazo estimado de dos meses.
La actuación en la iglesia prerrománica está precedida de un largo periodo de preparación en el que se han acometido estudios previos, informes técnicos y la monitorización del interior del templo para controlar los parámetros de luz, humedad y temperatura. Estas labores previas han supuesto una inversión total de 43.013 euros.
El viceconsejero de Cultura y Deporte, Vicente Domínguez, ha recordado hoy que el proyecto fue aprobado en diciembre de 2016 por parte del Consejo de Patrimonio Cultural, tras haberse iniciado el expediente desde la Dirección General de Patrimonio en el último trimestre del año pasado.
“Cultura ha realizado cuantiosas y continuadas inversiones en conservación y mantenimiento de los edificios del patrimonio prerrománico asturiano, concretamente, en consolidación de estructuras, cubiertas, sistemas de drenaje, etcétera”, ha explicado.
A su juicio, el estado actual de conservación de los edificios “es bueno” y ahora es el momento de acometer “con garantías” la intervención de las pinturas murales que albergan en su interior.
“El año pasado, Cultura actuó en la iglesia prerrománica de Santo Adriano de Tuñón por un importe de casi cien mil euros, una inversión que permitió que el Instituto de Patrimonio Cultural ejecutase la restauración de las pinturas prerrománicas, por un importe de más de sesenta mil euros”, ha recordado.
Un proceso complejo
Los trabajos que llevará a cabo Jesús Puras, que ya se encargó de la restauración de la figura de El músico, también en San Miguel de Liño, se enmarcan en un contrato que plantea dos actuaciones fundamentales. La primera consiste en aplicar tratamientos previos de conservación sobre el lienzo donde se ubica El entronizado, y la segunda, en renovar las mallas de los huecos de la iglesia para impedir la entrada de aves y murciélagos.
La intervención más necesaria y relevante es la restauración de El entronizado. El panel objeto del tratamiento de conservación representa una figura de perfil, pero con el torso vuelto, interpelando al espectador, que se define por un contorno negro que dibuja la fisonomía de un rostro ovalado y cuyos ropajes se insinúan con tonos amarillos. Se representa sobre una silla de color rojo, cuyo respaldo alto está rematado en bola y que se destaca mediante un arco amarillo. En el sector izquierdo se encuentra un segundo personaje de menor tamaño, de perfil, con los brazos dirigidos hacia la figura central, resuelto con la misma técnica que el anterior.
El tratamiento urgente, motivado por la precariedad de su estado de conservación, se desarrollará en dos fases. La primera será de limpieza y consistirá en la eliminación de los morteros de reposición del siglo XIX y XX; la segunda se concretará en el tratamiento de preconsolidación (con una inyección de material consolidante).
Respecto a la renovación de las mallas de todos los vanos de la iglesia, afectará a nueve huecos, entre aspilleras y ventanas con celosías, en las que es preciso actuar. Es también una actuación preventiva y urgente que permite proteger correctamente el interior de la iglesia.