(EUROPA PRESS) La Unidad de Ictus del Hospital Universitario Central de Asturias ha atendido a unos dos mil pacientes en sus cuatro años de funcionamiento, según ha informado la Consejería de Sanidad en una nota de prensa.
La unidad se encuentra en la octava planta de hospitalización, en un espacio de acceso reservado. Dispone de seis camas y un equipamiento totalmente renovado, con un nuevo equipo ecográfico, que permite monitorizar el estado de la circulación cerebral en todo momento.
La Unidad de Ictus del nuevo HUCA, abierta desde el mes de agosto, está compuesta por personal médico y de enfermería, entrenados en la atención al paciente con ictus, y es uno de los espacios que más ha mejorado sus instalaciones en el nuevo centro sanitario. El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, ha visitado esta mañana la unidad, dos días antes de la celebración del Día Mundial del Ictus. En la visita ha estado acompañado por el gerente del área sanitaria IV, Manuel Matallanas, por Julio Pascual, director del área de gestión Clínica de Neurociencias, por Miguel Calleja, responsable de la unidad, y por las supervisoras de la Unidad y del Área de Neurociencias, Isabel García e Isabel Prieto, respectivamente. Pascual destacó que la Unidad «es una de las mejores del país» y explicó que su mejora con respecto a la que había en el viejo HUCA «es más que notable».
El HUCA lleva años a la vanguardia en el manejo del paciente con ictus. Una buena muestra de ello es que en el año 2014 se sobrepasará por primera vez la cifra de cien procedimientos al año de extracción de trombos alojados en las arterias cerebrales. Esto se va a conseguir, a pesar de la ralentización de la actividad que ha supuesto el traslado a las nuevas instalaciones hospitalarias. En cerca del 90% de los casos se ha conseguido restaurar el flujo en la arteria obstruida. Prácticamente ningún hospital en España, ni siquiera en los de Madrid y Barcelona, alcanza esta cifra de trombectomías y estas tasas de recanalización.
CÓDIGO ICTUS
Buena parte de este éxito se debe al denominado Código Ictus. Para tratar de mejorar el tratamiento de esta enfermedad, desde el año 2005 funciona en Asturias este programa específico de atención cuyo objetivo es que el paciente pueda recibir el tratamiento antes de las cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas de la enfermedad.
En su funcionamiento, el papel del personal del SAMU es fundamental. Este personal es el encargado de activar dicho código ante la sospecha de ictus, dando prioridad a su traslado. Una vez en el hospital y confirmado el diagnóstico de ictus por el neurólogo de guardia, se procede a la práctica inmediata por el Servicio de Radiología de un escáner multimodal, en el se puede diagnosticar el tipo de ictus (isquémico o hemorrágico), de detectar qué arteria tiene problemas y qué cantidad de tejido cerebral es aún salvable.
Es en este momento cuando se instaura un tratamiento con el agente anticoagulante o el equipo de Neurorradiología Intervencionista extrae el coágulo de la arteria. Un manejo correcto y exquisito de las 24-48 horas posteriores a estos tratamientos es un factor pronóstico también clave. Para ello son esenciales las denominadas Unidades de Ictus como las que cuenta Asturias en el HUCA y en el Hospital de Cabueñes, en las que el paciente goza de una monitorización continua.