Hamburgo, 12 ene (dpa) – El desenfrenado apetito por el pescado de las personas de los países industrializados podría desencadenar una hambruna en las regiones más pobres del mundo, según un estudio publicado ayer por la organización medioambiental WWF.
En base a este estudio, la organización reclamó mejorar la gestión del sector de la pesca y llevar a cabo un reparto más justo. Los consumidores deberían no necesariamente comer menos pescado, sino en su lugar comprar pescado local, declaró Karoline Schacht de WWF.
De no ser así, millones de personas en países como Senegal o Indonesia podrían no poder permitirse más el pescado como alimento básico a partir de 2050, alertaron los autores del informe «pesca en exceso y desabastecimiento».
De acuerdo con el informe, la cantidad de pescado en todo el mundo continuará subiendo sin agotar las existencias. De esta manera, hasta 2050 la pesca anual ascenderá desde los 101 millones de toneladas de 2010 hasta los 137 millones de toneladas. «Sin embargo, el pescado muy probablemente no acabará necesariamente allí donde las personas lo necesitan para sobrevivir», dijo Schacht.
En su lugar se espera que los consumidores de los países industrializados ante los problemas de suministro paguen precios más elevados, apuntó. «Los países ricos podrán también permitirse en el futuro ‘su’ pescado, por el contrario, los pobres no», escribieron los autores de la Universidad de Kiel.
Esto hace que aumente la probabilidad de pobreza y hambruna en los países afectados, alertaron. Algo que podría desencadenar en inestabilidad política, agregaron.
Asimismo, el estudio señala que los países más afectados serán aquellos en donde el pescado es una fuente de ingresos y alimentación especialmente grande.
En Senegal o en Indonesia la gente cubre hasta un 40 por ciento de su ingesta de proteínas animales con el pescado. También otros países del oeste de África como Guinea o Ghana, así como Estados del sudeste asiático como Malasia, Myanmar y Bangladesh dependen especialmente del pescado, afirmaron en el informe.
Para una explotación óptima de la pesca en el mundo se necesitan, de acuerdo con el estudio, cuotas máximas de pesca para asegurar la diversidad de especies.
Si se cambia un poco, entonces cada persona podría comer en 2050 cerca de doce kilos de pescado al año, pero sólo si se reparte de manera justa la cantidad de pesca. Esta cantidad corresponde a cerca de la cantidad de consumo que la Organización Mundial de la Salud y numerosos países recomiendan de media.
La gran necesidad de importar pescado podría disminuir «si la existencia de peces en las aguas de la UE vuelven a estar en un estado sano», indicó Schacht. Actualmente los consumidores europeos han comido ya a mediados de año el pescado de sus aguas y deben importar el resto.
La WWF cree que se agotará un 31 por ciento de la existencia de peces mundial y un 58 por ciento está en peligro. «Casi en todos lados se pesca actualmente más de lo que puede regenererse de manera natural», escribió la organización en su página web.