Seguramente a un par de días de la Navidad ya estáis cansados de algunos juguetes ruidosos. Precisamente esos que son los que más parece gustarle al niño o niña de entre todos los obsequios de Papá Noel. Pero, si el juguete ruidoso no tiene control de volumen, tal vez lo mejor sea apagarlo, ya que puede ser perjudicial para los niños.
Según la OMS, en el interior de las viviendas un volumen de 30 o 35 decibelios ya provoca interferencias en la comunicación e interrupción del sueño, mientras que a partir de 70 decibelios (con una exposición continuada) ya se podría producir deterioro auditivo.
Si la exposición al ruido intenso es continuada, esta perturba el sueño, afecta al desarrollo cognitivo infantil y puede provocar enfermedades psicosomáticas. Otros efectos en los niños, como alteraciones en el nivel de presión sanguínea, se siguen investigando.
De hecho, dado que las molestias causadas por el ruido son consideradas un problema de salud, existen planes como el «Children’s environment and health» en el ámbito europeo que pretende que los niños sean protegidos de la exposición a ruido nocivo tanto en la casa como en la escuela.
En casa, los niños juegan con sus regalos sin importar el volumen, acercándose los juguetes a la cara y el oído y muchas veces sin saber controlar el volumen (si es que se puede) y sin límites en el tiempo de juego. Por eso hemos de estar atentos al nivel de sonido y bajarlo cuando sea posible, o limitar su uso para que no sea perjudicial para los sensibles oídos de los pequeños.
La Fundación benéfica Oír es Clave de atención a la deficiencia auditiva ha advertido sobre los peligros de los juguetes sonoros a partir de los 60 decibelios. Basándose en el estudio de la Asociación Americana de la Vista y la Audición (Sight and Hearing) sobre la intensidad de los juguetes ruidosos que se lanzan al mercado en estas fechas, señalan que muchos juguetes superan los 85 dB, que es el nivel máximo permitido por la legislación americana.
Del listado de 20 juguetes, tres emiten un sonido tan intenso que puede ocasionar una lesión auditiva tras 15 minutos de exposición y otros cinco más pueden originar problemas de audición tras 30 minutos de juego.
Para proteger la audición de los niños
Como aún nos queda una segunda tanda de regalos en las cartas a los Reyes Magos, estos son algunos consejos respecto a los juguetes:
•Comprueba la intensidad del sonido que emiten: en ocasiones está registrado en la descripción de las características del propio juguete; también se puede comprobar directamente en tienda con un sonómetro que puede descargarse desde el móvil
•Compra aquellos juguetes que tengan control de volumen o no superen los 85 decibelios.
•Si el sonido es muy fuerte, utilizar cinta adhesiva en los altavoces para reducir la intensidad, aunque ojo si el niño es pequeño porque podría arrancar la cinta y es un nuevo peligro. En estos casos, tal vez lo mejor sea la solución más drástica: quitarle las pilas al juguete o hacer que «se pierda» durante una temporada.
•Enseña a tus hijos a no llevarse los juguetes ruidosos al oído mientras juegan.
•Limita el tiempo de juego ruidoso.
•Deja los juguetes más ruidosos para jugar fuera de casa, al aire libre, donde el impacto es mucho menor.
De modo que ya sabéis, atención a los juguetes ruidosos, ya que podrían perjudicar la salud auditiva de los niños. En ocasiones no solo hace falta el control de volmen, a veces se hace imprescindible el botón de apagado.
La noticia ¿No tiene control de volumen? Atención a los juguetes ruidosos fue publicada originalmente en Bebés y más por Eva Paris .