Berlín, 15 dic (dpa) – Cuando falta más de un lustro para la histórica decisión de abandonar definitivamente la energía atómica, el Parlamento de Alemania dio hoy luz verde a un pacto para resolver el problema de los desechos nucleares.
Los parlamentarios aprobaron el proyecto presentado por el Gobierno de Angela Merkel para llegar a un acuerdo con las operadoras de energía Vatenfall, Eon, RWE y EnBW sobre la financiación del apagón nuclear.
En virtud de este pacto, que fue aprobado por amplia mayoría con apoyo de conservadores, socialdemócratas y verdes, el Estado asumirá la responsabilidad del depósito definitivo de los desechos nucleares.
Para ello, las empresas energéticas transferirán más de 23.000 millones de euros (25.000 millones de dólares) a un fondo estatal hasta el año 2022. Sin embargo, aún debe encontrarse el lugar para el depósito definitivo.
Las empresas se encargarán de cerrar y desmantelar las centrales atómicas. Sólo en este apartado los expertos calculan unos costes de hasta 60.000 millones de euros. La última central nuclear deberá apagarse en 2022.
Los cuatro grandes grupos energéticos han estado meses negociando con el Gobierno sobre el reparto de los ingentes costes y riesgos del desmantelamiento de las plantas y del almacenamiento de los residuos tras la decisión del Gobierno de Angela Merkel de abandonar la energía nuclear después de la catástrofe en la central japonesa de Fukushima.
El desastre en la planta nipona, en marzo de 2011, hizo que la opinión pública alemana se volviera masivamente en contra de la energía nuclear y llevó al Gobierno de Merkel a adelantar a 2022 el cierre de todas las centrales atómicas del país y potenciar la producción de energías renovables.
La ley de energía nuclear fijó las fechas en las que las operadoras deberán desconectar las últimas nueve plantas atómicas hasta 2022. Ocho centrales de más antigüedad fueron clausuradas de inmediato.