El plaid o manta es todo un must-have de la temporada de otoño-invierno. Cálido, confortable, elegante e increíblemente versátil, el plaid se convierte en nuestra pieza estrella para estar a gusto en casa durante los meses más fríos del año.
Ahora bien, ¿se sabía que el plaid puede convertirse en un gran aliado de la decoración? A continuación se van a detallar algunos trucos importantes que ayudarán a decorar con plaids, ¿dónde y cómo colocarlos?
Detalles a tener en cuenta
Antes de nada, hay algunas cuestiones importantes que se deben tener en cuenta. La primera de ellas es el diseño y el color. Es decir, el plaid debe combinar con la decoración de la habitación en la que se encuentre. Se trata de integrar este complemento con el look de la estancia, teniendo en cuenta tanto el estampado como el color.
Y en segundo lugar se debe tener en cuenta también el tejido de nuestro plaid. Si se va a utilizar mucho conviene tener un plaid elaborado en un material resistente pero también suave e hipoalergénico, como el algodón, la lana de alpaca… Mientras que si se va a utilizar en contadas ocasiones y su uso será principalmente estético, entonces se pueden utilizar otras fibras como sintéticas o bien tejidos naturales más delicados.
En el dormitorio
¿Ya se sabe qué plaid quieres? Entonces es el momento de decorar con él. En el dormitorio, se puede colocar a los pies de la cama varios plaids en diferentes estilos que combinen entre sí, a modo de escalera. Se puede escoger colores complementarios o bien un mismo color pero en distintas tonalidades. Evitar los prints y optar por diseños lisos que son más fáciles de combinar.
Otra posibilidad es colocar un plaid perfectamente doblado en la banqueta, a los pies de la cama. O bien se puede cubrir la mitad inferior de la cama con un plaid cuyo diseño combine con el resto de los textiles. Si se escoge un color más oscuro que la ropa de cama, ganaremos en texturas y creamos elegantes contrastes de color.
En un rincón de lectura
Si se tiene un rincón de lectura con una confortable butaca, no dudes en colocar un plaid doblado en uno de los reposabrazos. ¿El truco? Escoger un color que armonice con la decoración y que esté integrado con el resto del ambiente. Por ejemplo, un plaid del mismo color que los cojines, que la alfombra o las cortinas.
Otra opción es dejarlo caer suavemente por el reposapiés o pequeño taburete, junto a nuestra confortable butaca. Este look estilo informal suele ser bastante difícil de conseguir, pero da vida a los espacios.
En cestas de fibras naturales
Las cestas de fibras naturales se han convertido en todo un must-have de la decoración actual. Estupendas soluciones de orden que además nos ayudan a decorar. Por ello, es recomendable colocar los plaids en cestas de ratán, mimbre, etc. Se puede llenar una cesta con varios plaids perfectamente enrollados, junto al sofá, la butaca o la cama.
En el salón
Otro de los lugares preferidos de los plaids o mantas es el salón. Aquí se tiene una infinidad de posibilidades. Una de las preferidas es utilizar el plaid para cubrir los asientos del sofá, aunque para ello se va a necesitar una manta de gran tamaño.
De esta forma, además de proteger el sofá del uso diario, damos un toque de estilo que nos ayuda a renovar la decoración. Aunque también se puede colocar el plaid en el reposabrazos del sofá o incluso en el respaldo. Un look informal pero muy acogedor y elegante.
El contenido de este comunicado fue publicado originalmente en la página web de Decorablog