Múnich, 28 nov (dpa) – De haber vivido hoy en día, Werner von Siemens pertenecería seguramente al olimpo de los CEO estrella, al estilo de los directivos que pueblan las cúpulas de las start-ups de Silicon Valley.
Con su espíritu emprendedor, su determinación y su disposición a correr riesgos logró convertir un pequeño taller situado en un patio trasero de Berlín en una corporación global. Junto a un socio puso las bases para fundar una empresa que hoy en día emplea a unos 348.000 trabajadores en todo el mundo.
Siemens celebra el segundo centenario del nacimiento de un hombre talentoso que marcó un antes y un después en la industria alemana.
Estos días, la multinacional rinde homenaje a su fundador con una serie de eventos entre los que se incluye un acto de conmemoración, mañana martes, en el que participará incluso la canciller Angela Merkel así como destacadas figuras de la política, la economía, la ciencia, la cultura y la prensa alemana.
Se recordará la figura de un empresario, Ernst Werner von Siemens, nacido el 13 de diciembre de 1816 cerca de Hannover, que supo aprovechar las oportunidades que le brindaba el destino en un tiempo de renovación y de cambios.
Las condiciones de las que partió para iniciar su aventura empresarial, no fueron, sin embargo, las mejores.
Las penurias económicas familiares le impidieron continuar con sus estudios pero gracias a su entrada en el ejército prusiano, pudo acceder a una formación técnica en el mundo de las ciencias naturales, que le sirvió de base para sus posteriores trabajos en el campo de una electrotécnica que daba sus primeros pasos.
Werner von Siemens entendió enseguida que debía conjugar su talento científico con su buen olfato para los negocios. «Él era muy práctico y tenía una visión muy orientada al mercado», señala el historiador Johannes Bähr, autor de la biografía sobre el histórico emprendedor.
Con tan sólo 30 años, entre los años 1846 y 1847, Siemens construyó un nuevo tipo de telégrafo y fundó una pequeña empresa junto al mecánico Johann Georg Halske que le permitió la fabricación en serie de los dispositivos. En poco tiempo, el negocio se expandió al extranjero.
Poco después, estamparía su firma en nuevos inventos y desarrollaría nuevos conceptos en el campo de la electricidad y la energía.
En el campo de la electrotecnia, su principal aportación fue el descubrimiento del principio electrodinámico y el desarrollo del primer generador en el año 1866, que permitió producir electricidad a gran escala y convertirla en aprovechable para el abastecimiento energético.
Posteriormente, en el año 1879 presentó en Berlín el primer ferrocarril eléctrico en el mundo con una fuente de alimentación externa y un año después construyó el primer tren de pasajeros eléctrico del mundo.
El campo de la electrificación es, a diferencia de las telecomunicaciones, todavía hoy uno de los pilares básicos en los que se basa la estrategia empresarial de Siemens.
Al igual que le ocurrió al fundador de la multinacional en su época, las empresas y la economía mundial se encuentran en la actualidad ante la próxima revolución industrial, ahora enfocada hacia la digitalización y automatización, según señala el presidente de Siemens, Joe Kaeser.
Tras una reestructuración global de la compañía, Kaeser trata de impulsar actualmente ajustes que sirvan para garantizar la viabilidad de la empresa en el futuro, entre ellos, trabaja para dotar de mayor autonomía a la unidad de negocio del área de medicina. Recientemente ha anunciado la adquisición de la empresa estadounidense Mentor Graphics, especialista en software industrial.
No obstante, su objetivo primordial es crecer desde dentro con sus propias innovaciones, siguiendo la estela que ha dejado su fundador.
Para ello, la directiva actual de la compañía ha fundado la start-up Next47, una especie de plataforma innovativa que le costará unos mil millones de euros en los próximos cinco años y con la que pretende favorecer el surgimiento de nuevas ideas fuera de las estructuras tradicionales.
Con esta start-up, Siemens pretende continuar el legado iniciado por un emprendedor que no temía al riesgo y que estaba dispuesto a navegar con el viento en contra. El primer proyecto que esta división ha puesto en marcha es un mecanismo de propulsión híbrido para aviones, cuya puesta en marcha pretende llevar a cabo junto a Airbus de aquí al año 2020.
Ahora no será necesario ir tan lejos como lo hizo Werner von Siemens para lograr innovaciones que cambien el mundo. Él, que apostaba por colocar un tendido eléctrico sobre el mar, estaba dispuesto a jugarse la vida con el objetivo de abrir nuevos mercados, según indica el historiador Bähr.
Por Christine Schultze