Abu Dabi, 25 nov (dpa) – Después de vivir a la sombra de Lewis Hamilton en los últimos años, el alemán Nico Rosberg se encuentra otra vez ante la gran posibilidad de lograr su primer título en la Fórmula 1, una oportunidad que no puede volver a dejar escapar el fin de semana en Abu Dabi.
El piloto de Mercedes lidera la clasificación con 12 puntos de ventaja sobre su compañero de equipo y un tercer puesto el domingo le alcanzará para coronarse automáticamente campeón y emular a su padre, el finlandés Keke Rosberg, quien alzó el título de la máxima categoría del automovilismo en 1982.
Tras liderar el campeonato a lo largo de casi todo el año, el alemán buscará rematar su trabajo en la última carrera de la temporada, aunque el tenaz Hamilton estará listo para aprovechar cualquier error.
Así lo hizo en 2014, cuando Rosberg llegó a la última carrera del año con una ventaja de 17 puntos que no logró defender. Entonces, el británico logró la victoria en Abu Dabi y Rosberg, con problemas técnicos, finalizó decimocuarto.
Un escenario similar necesita ahora el británico, que fue campeón mundial en las dos últimas temporadas y va en busca de su cuarto título en la categoría.
«Definitivamente, la experiencia de 2014 ayuda. Realmente me siento más relajado antes de este final que lo que me sentía entonces», dijo ayer Rosberg en rueda de prensa. «Me gustaría terminar la temporada con una victoria».
Hamilton lleva ganadas las últimas tres carreras del campeonato, todas ellas con Rosberg como escolta, lo que llevó a especular con que el alemán estaría administrando su ventaja para asegurarse el título.
Pero Rosberg insiste en que no apostará por una estrategia conservadora en los Emiratos Árabes. «Voy a darlo todo por terminar la temporada con un triunfo», afirmó. «Será una gran batalla y espero que los fans puedan tener un gran show en el cierre del año», agregó.
Hamilton tiene en claro cuál será su tarea: lograr el triunfo, como en las últimas carreras, y esperar un tropiezo de su compañero. «No puedo y no voy a rendirme. Nunca sabes lo que puede pasar, por más improbable que pueda parecer», expresó el triple campeón mundial.
«Mi único objetivo este fin de semana es ganar la carrera. Este no fue un gran año para mí, pero hubo algunas cosas positivas», aseguró el británico, que es ya un experto en definiciones de infarto.
Además de la victoria que le arrebató a Rosberg en 2014, también se recuerda su agónico título de 2008, cuando amargó al brasileño Felipe Massa delante de su público al lograr en la última vuelta el quinto puesta que necesitaba entonces. Un año antes, había perdido el campeonato por un punto ante el finlandés Kimi Raikkonen.
Para Mercedes, la gran preocupación del fin de semana es que el título no se defina por un problema técnico. «Que gane el mejor. Ambos han estado excepcionales y cualquiera sería un merecido campeón», dijo el jefe de deportes de motor del equipo, Toto Wolff. «Nuestro deber es que Nico y Lewis tengan la plataforma que necesitan para competir en la pista».
Además de la lucha por el título, la carrera del fin de semana tendrá como atractivo la despedida de Massa y del británico Jenson Button, que ayer dejó en claro que ya no volverá a subirse a un Fórmula 1.
Sin embargo, todas las miradas apuntarán a lo que pase entre los dos Mercedes durante el atardecer del domingo en el circuito de Yas Marina. Para Rosberg, llegó finalmente la hora de inscribir su nombre entre los campeones.
Por Martin Moravec