Berlín, 24 nov (dpa) – La canciller Angela Merkel, convence con su estilo de liderazgo, pero su persona, su carácter y sus convicciones se mantienen en un segundo plano y siguen siendo para muchos un enigma. Un documental desgrana ahora cómo se valió de lo inesperado y cómo su pragmatismo la lleva a actuar a veces de manera imprevista.
Bajo el título de «Angela Merkel-Die Unerwartete» (Angela Merkel: La inesperada), la película presentada en Berlín por sus autores, Torsten Körner y Matthias Schmidt, muestra cómo la mandataria alemana utilizó en su beneficio lo inesperado de su vida, de la historia y de la política.
«Si Angela Merkel pilota el avión, no debes tener miedo de estrellarte. Siempre aterrizarás de forma segura. Lo único que no sabes es dónde», comenta el socialdemócrata Franz Müntefering, vicecanciller en el primer mandato de Merkel, al inicio de la película, que se estrenará en el canal ARTE el 6 de diciembre.
Durante 90 minutos los autores entrelazan imágenes de su pasado con otras actuales para reflejar cómo su carácter se perfila a lo largo de los años sólo ligeramente y cómo ha tenido que hacer frente a hechos inesperados a lo largo de su vida a los que con frecuencia reaccionó de manera imprevista.
En la coproducción de ARTE, MDR y ARD, compañeros de camino como el actual ministro de Interior, Thomas de Maizière, o el ex líder de la Unión Cristianosocial (CSU) Edmund Stoiber, pero también críticos y rivales, como la política de La Izquierda Sahra Wagenknecht, echan la vista atrás para recordar capítulos importantes de la vida política de Merkel o valorar su actuación.
«El término de inesperado es fascinante si se aplica a Merkel», comenta Körner sobre la mujer nacida en Hamburgo en 1954, hija del pastor luterano Horst Kasner y criada en la ciudad de Templin, que acabó convirtiéndose en la mujer más poderosa del mundo.
«En 1990 la clase política en el oeste de Alemania no la esperaba y, sobre todo, no se esperaba en la Unión Cristianodemócrata (CDU)», explica sobre su llegada a la política tras las primeras elecciones democráticas en la extinta República Democrática Alemana (RDA) y su posterior nombramiento como ministra para la Mujer y Juventud en el Gobierno de Helmut Kohl en diciembre de 1990.
«La caída del Muro de Berlín (1989) fue un hecho histórico imprevisto y desde entonces Merkel aprendió a hacer de lo inesperado parte de su trabajo político», indica el autor. «Dentro de ello se encuentra su emancipación de Helmut Kohl, o su cambio en la política nuclear y por último, también su política de refugiados, que para muchas personas fue una sorpresa», agrega.
El espectador puede ver cómo Merkel aprendió a tratar a los medios, cómo cambió su forma de expresarse para pasar de ser científica a política. Sin embargo, esto no evitó que fuera infravalorada con frecuencia en un mundo dominado por hombres.
Cuando fue designada secretaria general de la CDU en 1998, tras la derrota electoral de Kohl en las elecciones generales, era aún para muchos una desconocida, pero el posterior escándalo de Kohl y su distanciamiento de su mentor le hizo cobrar fuerza en su partido y ser vista como un nuevo inicio.
«Para mí no fue tan inesperado. Se llegó a una decisión que a lo mejor no era tan esperada», comenta la propia Merkel en una entrevista con los autores del film.
Sin embargo, su carrera fue un cúmulo de casualidades de las que consiguió beneficiarse para escalar poco a poco en el entramado político hasta convertirse en la canciller de Alemania en 2005. «Cuando llegó en 2005 a la Cancillería nadie pensó que comenzaba una era», indica Müntefering.
Durante sus años en el poder, Merkel fue la encargada de lidiar con la crisis financiera, una crisis que «la hizo grande», pero no exenta de críticas. «No se pudo ver empatía alguna de ella con los miles de jóvenes sin trabajo en el sur de Europa o con Grecia», la critica Wagenknecht.
«Ese sentimiento que tenía Kohl de que la Unión Europea era un proyecto que provenía del corazón, es algo que no tiene Merkel. Para ella se trata de un proyecto que procede de la cabeza», apunta el periodista del «Süddeutsche Zeitung» Heribert Prantl.
«Me conocen»: con este eslogan se presentó a las últimas elecciones en 2013. Los alemanes creían entonces que conocían realmente a su líder, pero llegó septiembre de 2015 y sorprendió a todo el mundo convirtiéndose en la «canciller de los refugiados» al abrir las fronteras y acoger a más de un millón de solicitantes de asilo.
«Creo que cada día aprendo algo nuevo», reconoce la líder cristianodemócrata sobre una política de refugiados que no fue lo que esperaba y que la convirtió en el centro de las críticas, polarizando así a la población y dando alas a los populistas de derechas.
Ahora, su decisión de presentarse a las elecciones de 2017 hacen prever que todavía queda Merkel para largo, y quién sabe, si para más sorpresas.
Por Almudena de Cabo