(dpa) – Las tres primeras legislaturas de la canciller Angela Merkel se han caracterizado en gran medida por la prudencia, la flexibilidad y una gran aceptación popular aunque no han estado exentas de polémica.
A continuación, cuatro de las decisiones más controvertidas que han sido tomadas por la mandataria:
– Apagón nuclear en 2011: Tras el desastre nuclear japonés de Fukushima en marzo de 2011, Angela Merkel dio un giro de 180 grados en su política energética al anunciar que Alemania debía apagar todas sus centrales nucleares lo antes posible. En aquel momento, la mandataria anunción que su Gobierno quería lograr un apagón total en el año 2020.
– La crisis de la eurozona en 2011/2012: Con su mantra: «Si el euro fracasa, fracasa Europa», Merkel respaldó de forma indirecta el plan del Banco Central Europeo (BCE) de comprar bonos para evitar la caída de Grecia.
En lo que fue considerado un movimiento de gran inteligencia política, la dirigente alemana colocó a su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, como la cara menos amable de Alemania. Él asumió el rol de intransigente en medio de una gran oposición en países como Grecia e Italia a las medidas de austeridad impulsadas por Merkel.
– El escándalo de espionaje masivo en 2013: Las revelaciones del ex técnico de la agencia de seguridad estadounidense NSA Edward Snowden que destapaban la colaboración de los servicios de inteligencia alemanes (BND) con Washington crearon una gran polémica en el país europeo.
Entre los objetivos de las escuchas estaba la propia canciller, así como miembros del Gobierno de Francia y de la Comisión Europea. A pesar de que Angela Merkel prometió que el escándalo se «esclarecería totalmente» a través de la formación de una comisión parlamentaria, dicha comisión denegó posteriormente el acceso público a la lista de objetivos de los servicios secretos.
– La crisis de refugiados de 2015: En un momento en el que cientos de miles de personas huían desde países en guerra como Siria buscando asilo en Europa en 2015, la canciller alemana anunció que podían establecerse en Alemania.
La decisión, que inicialmente fue elogiada tanto de puertas para adentro como en el extranjero, dio paso a un gran número de críticas en tan sólo unas semanas.
El partido populista de derechas y de tintes xenófobos Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en la formación que canalizó todos los temores sociales con su afirmación de que la continua llegada de refugiados podría tener impacto a nivel de seguridad en el país.
Esta formación hizo de las críticas a la gestión de la crisis de refugiados de la canciller su bandera y supo sacar rédito electoral a la situación. De hecho, en lo que va de año han logrado desembarcar en cinco Parlamentos regionales, logrando incluso desplazar a la CDU de Merkel como segunda fuerza política.
La canciller defendió su decisión de abrir las fronteras aunque llegó a reconocer que se habría preparado de otra manera si hubiese sabido de antemano la magnitud que iba a tener la ola migratoria.