Junto al Camino de La Ermita de San Andrés en Perlora. Se produjo un argayo como consecuencia de la acción del agua de lluvia afectando al camino público muncipal, esta acción del agua hacía peligrar la estabilidad del citado camino, con el consiguiente riesgo para viandantes y vehículos que por él circulan. Por ello, el consistorio tuvo que colocar dos señales de tráfico que limitasen el paso de vehículos a turismos y bicicletas como consecuencia del argayo, evitando el paso de vehículos de gran tonelaje como los agrícolas y otros.
Así mimo, para subsanar la problemática de este camino público se encargó en el mes de mayo la realización de un proyecto técnico de estabilización de dicho argayo.
“Se analizaron varias soluciones llegándose a la conclusión de que la más adecuada es la ejecución de un muro de escollera adosado al camino, para conseguir una menor afección desde el punto de vista del impacto ambiental, frente a otras soluciones estudiadas como la ejecución de un muro de hormigón armado u otro de escollera despegado del camino” – explicó el concejal de zona rural.
“Las obras consisten fundamentalmente en estabilizar un argayo que se ha producido en el talud en terraplén de un camino que discurre a media ladera- Para ello se diseñó un muro de escollera con función de sostenimiento de 21,25 m de largo, con altura variable comprendida entre 2 y 4m. Dicho muro irá lo más pegado posible al camino para conseguir la menor ocupación del terreno combinada con el menor impacto ambiental” – añadió Manuel Noceda.
“Con las obras proyectadas, el camino seguirá teniendo el mismo ancho, pero con la ventaja de que dispondrá de una cuneta de hormigón en masa de 50 cm de ancho en la zona que separa al camino de la barrera de seguridad bionda existente, que se recolocará una vez que se construya la escollera. Actualmente entre el borde del camino y la barrera bionda no existe cuneta, sino una pequeña franja de terreno y vegetación” – prosiguió Noceda.
“Así mismo, también contemplamos la sustitución del tubo de encauzamiento de las aguas pluviales que cruzan la carretera en el sector afectado por el argayo. El tubo existente tiene 500mm de diámetro y es de hormigón, y lo sustituiremos por otro del mismo diámetro pero de polietileno SN8. En el extremo de aguas arriba del tubo, se construirá una arqueta de 80x80cm para conectar con el mismo la cuneta existente, que actualmente está en tierra y que se revestirá con hormigón HM-20, y otro pequeño tramo de cuneta a construir, según los detalles en planos. En el extremo de aguas abajo del tubo, se proyecta continuar la cuneta tres metros, para separar las aguas de la zapata de la escollera y evitar de esta manera, que se socave el terreno próximo a la misma. La salida del tubo aguas abajo, se proyecta a la cota de la parte superior de la zapata, lo que conlleva una excavación en zanja que supera los 2m de profundidad, circunstancia que obliga al contratista a la utilización de entibación” – afirmó el concejal.
“Existe en el sector una barrera bionda que se recuperará para reutilizarla en la propia obra, dicha barrera habrá que prolongarla con piezas de las mismas características que las del tramo existente. Y para la colocación de la barrera bionda, que irá sobre la escollera, se ha contemplado la ejecución de un pretil de hormigón armado HA-25, donde quedarán empotrados los soportes de la misma. Actualmente la barrera mide 16,91m de largo pero pasará a medir lo mismo que el largo de la escollera. Parte de la coronación de la escollera quedará cubierta por la cuneta y por el pretil de hormigón de sujeción de la barrera de seguridad; el resto de la misma quedará cubierta con una capa de hormigón HM-20 de 5cm de espesor, con pendiente hacia el lado de la cara vista de la citada escollera” – señaló el responsable municipal.
Tras el correspondiente proceso de licitación, y con cargo a las inversiones sostenibles previstas en el remanente existente de 2015, se adjudicaron estas obras a una empresa con domicilio social en Carreño POSADA ORGANIZACIÓN, SL por importe de 30.363,16 € IVA incluido. Se establece el plazo de garantía de un año, durante el cual el adjudicatario será responsable de la conservación y reparación de las obras, debiendo reemplazar porotras nuevas todas aquellas partes que resulten dañadas o deterioradas por cualquier causa, o no funcionen debidamente por causas que le sean imputables. Dado que con la ejecución de las obras se prevé que se deteriorará el firme asfáltico existente en el tramo afectado por la construcción de la escollera.