La Estrategia Asturiana contra la Brecha Salarial que ultima el Gobierno de Asturias prevé la apertura de una ventanilla única contra la desigualdad retributiva y la firma de un acuerdo marco entre el Instituto Asturiano de la Mujer y Políticas de Juventud, la Dirección General de Trabajo y la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social para trabajar de manera conjunta en el cumplimiento de la normativa sobre igualdad, además de fortalecer la lucha contra la discriminación y la equiparación de las condiciones de acceso al empleo.
Este documento, que se presentará en las próximas semanas, se desglosa en tres ámbitos de actuación:
· Medidas de apoyo contra la brecha salarial y de aplicación del principio de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el acceso al empleo y las condiciones laborales. En este apartado se inscriben la ventanilla única y el acuerdo marco con la Inspección de Trabajo.
· Iniciativas que persiguen implicar a los actores socioeconómicos en la transformación del actual tejido económico para diseñar uno más igualitario y sostenible. En este eje se enmarcan la convocatoria anual de la Marca Asturiana de Excelencia en Igualdad, para reconocer a las empresas e instituciones que trabajen por la equiparación de hombres y mujeres, y el impulso a las labor de la Escuela de Emprendedoras y Empresarias de Asturias, ubicada en Avilés.
· Medidas de información y apoyo dirigidas a reforzar el cambio progresivo de estereotipos. Este apartado incluye la elaboración de un estudio por parte de la Universidad de Oviedo sobre el número y perfil de las mujeres asturianas en puestos directivos y un análisis de las acciones que faciliten la integración femenina en el ámbito laboral, incidiendo en las medidas de conciliación en el reparto de tareas.
El consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Guillermo Martínez, se ha reunido hoy con el presidente del Consejo de Asturias de la Formación Profesional, Ramón Canal, y la directora del Instituto Asturiano de la Mujer y Políticas de Juventud, Almudena Cueto, para coordinar acciones en este ámbito. El órgano consultivo planteará sus sugerencias a la estrategia y buscará también líneas de actuación para impulsar la presencia de mujeres en los ciclos formativos más masculinizados, que a su vez se corresponden con empleos y profesiones con niveles retributivos más altos.
La elección de especialidades formativas
La brecha salarial está condicionada, en parte, por la brecha de género en la elección de especialidades formativas, con diferencias que son más relevantes en el Bachillerato y Formación Profesional de grado medio y superior que en las enseñanzas universitarias. Así, la diferencia es sensiblemente más baja cuando se comparan los salarios de mujeres y hombres con estudios universitarios, mientras que la más alta se da entre personas con estudios básicos o de FP de grado superior.
En el curso 2013-2014 cursaron estudios de Bachillerato más chicas (6.691) que chicos (6.304), lo que supone porcentajes del 51,4% y 48,6%, respectivamente. Las jóvenes eran mayoría en las ramas artísticas (66,7%) y Artes Escénicas y Artes Plásticas (68,7%), mientras en Ciencias y Tecnología la presencia femenina bajaba hasta el 45,5%.
En ese mismo año académico, había matriculados en los ciclos de FP de grado medio 4.432 alumnos (56,5%) y 3.413 alumnas (43,5%). El 42% de las mujeres optaron por la rama de Sanidad y un 16,5% por la de Imagen Personal. En el caso de los hombres, el 21% eligió Electricidad y Electrónica, un 15% Mantenimiento de Vehículos Autopropulsados y otro 15% Mantenimiento de Servicios a la Producción.
Por tanto, la presencia de chicos y chicas es muy desigual en los ciclos formativos de grado medio, de modo que hay familias muy feminizadas (Textil, Confección y Piel, Imagen Personal, Sanidad y Servicios Socioculturales) y otras totalmente masculinizadas (Actividades Marítimo-Pesqueras; Madera y Mueble; Edificación y Obra Civil, Fabricación Mecánica, Electricidad y Electrónica, Actividades Agrarias, etcétera). Solamente son paritarias Comunicación, Imagen y Sonido, Industrias Alimentarias y Hostelería y Turismo. La distribución es muy similar en la FP de grado superior.
Si las mujeres optan por formarse en profesiones con más saturación en el mercado o encaminadas a un sector con menores remuneraciones, tendrán menos posibilidades de encontrar un empleo y percibir un salario más alto. Por esta razón, la participación del Consejo de Asturias de la FP en la elaboración de la estrategia es fundamental para orientar la acción de futuro. De hecho, el propio documento plantea la puesta en marcha de una campaña de sensibilización, en colaboración con este órgano consultivo, para favorecer la presencia de mujeres en sectores masculinizados.
Seguimiento anual de la situación
En el marco de la estrategia, el Principado creará un grupo de trabajo que realizará, con periodicidad anual, una valoración global y cualitativa sobre la evolución de este problema en la región, así como del impacto de las medidas puestas en marcha, como complemento a un informe monográfico que cada año realizará el Observatorio de Igualdad de Oportunidades de Asturias. En este grupo participarán representantes del Instituto Asturiano de la Mujer, la Dirección General de Trabajo, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, sindicatos, organizaciones empresariales y la Universidad de Oviedo
La elaboración de la estrategia contra la desigualdad salarial en esta legislatura se enmarca, junto con el II Plan Estratégico de Igualdad, en los compromisos del Gobierno de Asturias para reducir las desigualdades de género entre hombres y mujeres en la comunidad.
La diferencia de salario medio que perciben las mujeres respecto a los hombres se sitúa en el Principado en el 27%, si se analiza la retribución anual, y en el 19,8% si se toma en consideración el salario bruto medio por hora trabajada.
La brecha salarial se produce fundamentalmente por dos motivos: la segregación horizontal (las mujeres trabajan mayoritariamente en sectores y ramas con peores salarios y condiciones laborales) y la segregación vertical (las mujeres ocupan con menor frecuencia que los hombres puestos de responsabilidad y poder).