Múnich, 28 oct (dpa) – Sólo tres meses después del ataque ocurrido en Múnich que se cobró la vida de nueve personas, un teatro de la capital bávara presenta «Point Of No Return», una sátira sobre la tarde de miedo que vivió la población y un alegato contra la histeria que desata el terrorismo.
¿Dónde estabas cuando tuvo lugar el ataque? La obra de la directora israelí Yael Ronen muestra lo que pasó por la cabeza de los muniqueses aquella tarde del 22 de julio cuando David S., un joven germano-iraní de 18 años, abrió fuego enfrente del centro comercial Olympia y posteriormente se suicidó en presencia de la policía.
De manera muy insistente y, sobre todo, con un humor patente, la obra de teatro en inglés y alemán muestra cómo la preocupación invadió por completo a las personas que no estuvieron presentes en el lugar del ataque y lo que hicieron esa tarde.
«Sencillamente comencé a correr sin preguntarme por qué», dice el australiano Damian Rebgetz en el escenario. «No quería al fin y al cabo parecer desinformado», agrega.
Dejan Bućin narra cómo se atrincheró en una tienda de ropa barata y buscó un cable para cargar su móvil y poder informar por Facebook. «Pensé que eran turistas. Ellos hacen cosas raras o buscan Pokémon», explica Serbin Jelena Kuljić sobre el pánico en masa en el centro de Múnich.
«Mi primer pensamiento fue: Guau, somos los primeros y no Berlín», comenta por su parte Wiebke Puls, que reconoce que después quedó desilusionado cuando quedó claro que no se trataba de un atentado terrorista, sino de un ataque de un perturbado. «Qué vergonzoso», afirma. Niels Bormann relata su sueño de decir a sus amigos franceses la frase «Je suis Munich» traducida al alemán.
La directora reclama a sus actores convertirse en caricaturas de ellos mismos. «Los agrandas como en un espejo distorsionado», comentó Ronen en una entrevista publicada en el programa sobre la obra.
En un espejo de ese tipo, que decora las paredes del escenario, los espectadores ven no sólo a los actores desde diferentes perspectivas, sino que también se ven a ellos mismos a lo largo de toda la representación. Al final, la obra quiere reflejar la vida interior de los muniqueses en esa tarde horrible.
En realidad, la directora quería, bajo el título «Point Of No Return», relatar cómo puede ser el futuro del sexo en tiempo de las aplicaciones móviles de citas y el cibersexo, pero ya durante los ensayos le vino la idea de hacerla sobre el ataque.
En el escenario se muestra cómo la horrible realidad se une irremediablemente a los miedos de la gente. En la tarde del ataque se produjeron más de 60 llamadas a la Policía de alarmas de terrorismo falsas en toda la ciudad realizadas por ciudadanos aterrados.
«No se sintió sólo como el atentado de una única persona, sino como el principio de algo que cambió el ambiente», comenta Ronen. «Como si todo el mundo hubiera esperado algo así y finalmente, como en un juego, se subiera a un nuevo nivel», agrega. Un punto, del que ya no es posible regresar.
Tras el ataque en Múnich y los atentados de París, Bruselas, Ansbach y Würzburg, la desconfinaza y las sospechas aumentaron. «Veo sospechoso que la gente salga de sus casas», dice Regbetz en el escenario. «¿A dónde van? Se puede pedir todo online».
El elenco de actores y la directora quieren recordar a los muniqueses que deben volver a relajarse. «Me gustaría recordarles algo: Morirán», dice Bormann directamente al público al inicio de la obra. «Hasta lo que yo sé, es algo que no es negociable».
Por Britta Schultejans