Toulouse/Hannover, 16 oct (dpa) – Airbus, el mayor fabricante de aviones de Europa, está de fiesta: con la entrega del aparato número 10.000, el pasado viernes en la ciudad francesa de Toulouse, el gigante aeronáutico europeo alcanzó un importante hito en su historia.
Bajo un cielo encapotado, la nave de jubileo, con su diseño blanquiazul y la matrícula 9V-SMF, posó detrás de unos globos con el número 10.000 impreso. Es el aparato número 43 de este tipo que el consorcio ha entregado hasta el momento.
El director ejecutivo de Airbus, Tom Enders, se refirió en su discurso ceremonioso al desarrollo rasante del consorcio desde que hace más de 42 años salió de la nave de fabricación el primer avión comercial. Airbus necesitó 19 años para entregar sus primeros 1.000 aviones. Actualmente, la misma cantidad de aparatos se fabrican en solo 19 meses.
Llena de optimismo pero en medio de las burlas del sector, la asociación empresarial franco-alemana entregó el 10 de mayo de 1974 su primer aparato, un A300B2, a la compañía Air France. «Al principio, Airbus todavía era un conglomerado bastante complicado que se lanzó al mercado con un producto nicho», recuerda el analista aeronáutico Wolfgang Donie.
Desde entonces hasta ahora, Airbus vivió un desarrollo impetuoso. El consorcio no solo rompió con éxito el dominio del competidor estadounidense Boeing, sino que también causó una y otra vez sensación en el sector aeronáutico con innovaciones tecnológicas.
Delante de las cámaras de la prensa mundial, estos hitos se celebraron con mucha pompa durante la entrega del avión récord A350 XWB a Singapore Airlines. El A360, de ancho fuselaje, marcó una nueva tendencia y la aerolínea asiática se convirtió en un socio leal de Airbus.
Fue el primer cliente en comprar de hecho el A380, el único avión con dos cubiertas a lo largo de todo su fuselaje y con capacidad de hasta 853 pasajeros. Este modelo fue diseñado para desbancar al Jumbo B747 de Boeing, que se está acercando ahora al fin de su producción.
Sin embargo, también Airbus se vio obligado a aprender algunas cosas: los aviones gigantes ya no tienen tanta demanda como antes. Actualmente, las compañías aéreas apuestan cada vez más por los aviones de largo recorrido de tamaño medio. Como consecuencia, frente a una cartera de pedidos repleta para aviones comerciales más pequeños hay una demanda débil del A380. Los aviones de este tipo hace tiempo que no se venden bien. En julio, la débil demanda motivó a Airbus a recortar la producción.
Ante esta situación, fue especialmente bienvenido el compromiso anunciado el viernes en Toulouse por el director ejecutivo de Singapore Airlines, Goh Choom Phong, de que la aerolínea seguirá siendo un cliente fiel del A380 y el próximo año pondrá en servicio más aparatos de este tipo.
Sin embargo, a causa de las turbulencias en torno al avión de transporte militar A400M o, más recientemente, la suspensión de un pedido polaco para helicópteros, el consorcio franco-alemán tiene mucho viento en contra. «Sin embargo, esto también es uno de los puntos fuertes de Airbus», asegura Donie, el analista aeronáutico, ya que «la empresa aprende de sus errores, aun cuando esto cueste dinero».
Airbus ha puesto el acento una y otra vez en innovaciones técnicas que, aunque inicialmente eran motivo de controversia, han terminado por imponerse en el mercado.
El consorcio causó revuelo en el mundo de la aeronáutica con el desarrollo revolucionario de una cabina de mando que dividió a los pilotos entre defensores y detractores. En vez de la tradicional palanca de mando manual y la fuerza muscular, Airbus transmitió por primera vez los comandos de pilotaje por vía electrónica mediante un joystick. Esta técnica «fly-by-wire» (pilotaje por mandos electrónicos) ya es hoy estándar en las cabinas de mando de aerolíneas de todo el mundo.
Por Ralf E. Krüger