Essen (Alemania), 5 ago (dpa) – La diputada del Partido Socialdemócrata (SPD) alemán Petra Hinz, que reconoció haber mentido en su currículum, sigue aferrada a su puesto en el Parlamento (Bundestag) a pesar de las presiones de su grupo político, socio en el Gobierno de la canciller Angela Merkel.
Sin embargo, la política dejará todos los cargos públicos en su partido y en su asociación local en Essen, informó ayer el presidente del SPD en la ciudad alemana y ministro de Justicia de Renania del Norte-Westfalia, Thomas Kutschaty.
La diputada de 54 años informó al respecto a sus compañeros de partido de Essen, en el oeste de Alemania, en un e-mail y anunció que se pronunciará públicamente más adelante.
Hinz comunicó a finales de julio que dejaría su cargo en el Bundestag después de admitir haber falsificado partes importantes de su CV, como que había terminado sus estudios de enseñanza secundaria y estudiado Derecho. De acuerdo con su abogado, Hinz realizó simplemente estudios de formación profesional.
El SPD la emplazó esta semana a dejar su escaño en las próximas 48 horas. El plazo venció el miércoles por la tarde sin que Hinz hubiera emitido ningún comunicado. «No hemos recibido respuesta alguna de Hinz a nuestra petición de dejar su escaño», declaró Kutschaty en la televisión pública alemana.
Kutschaty informó que la fracción parlamentaria del SPD quiere debatir sobre «el caso Hinz» en la primera reunión tras la pausa de verano boreal.
Desde que la prensa sacara a la luz que la diputada no tiene el bachillerato, por lo que no pudo acceder a una carrera universitaria, la política se encuentra de baja por enfermedad e ilocalizable.
«Hasta lo que yo sé se encuentra actualmente hospitalizada», indicó esta semana el líder del SPD, Sigmar Gabriel. Según el diario «Bild» se encuentra recibiendo atención psiquiátrica.
Este caso recuerda a los ministros alemanes que vieron pasar bajo la lupa sus tesis doctorales. Al ex ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg se le retiró en 2011 el doctorado en Derecho por plagio y se vio obligado a dimitir. Lo mismo pasó con la ex ministra de Educación Annette Schavan dos años después. Por el contrario, la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, pudo mantener recientemente su doctorado en medicina.