Berlín, 7 jul (dpa) – El presidente de Argentina, Mauricio Macri, puso ayer fin a una visita oficial de dos días a Alemania en la que recibió el respaldo del Gobierno germano y concitó un renovado interés del empresariado en su política hacia una mayor cooperación comercial y de inversiones extranjeras.
Tras obtener el martes el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, con quien compartió un almuerzo de trabajo, el jefe de Estado argentino mantuvo en su segundo y último día reuniones con altos ejecutivos de empresas líderes en Alemania, que se comprometieron a aumentar sus inversiones en Argentina.
Macri fue huésped en Berlín del responsable de producción de camionetas tipo van de la automotriz Mercedes-Benz, Volker Mornhinweg, y posteriormente se citó con el miembro de la junta directiva de Volkswagen y responsable de la marca homónima, Herbert Diess.
Tras los encuentros, el mandatario anunció que Mercedes Benz invertirá 150 millones de dólares en Argentina e instalará en Buenos Aires la sede de comercialización de camionetas van en América Latina. También informó que Volskwagen destinará otros 100 millones de dólares a su producción en Argentina.
También la mayor empresa de software de Europa, la alemana SAP, anunció el lanzamiento en agosto próximo de un programa para start ups con el objetivo de promover en el país el desarrollo de empresas innovadoras de base tecnológica.
El líder de la alianza de centroderecha Cambiemos también visitó el Parlamento alemán, ubicado en el imponente edificio del Reichstag, donde se entrevistó con su presidente, el democristiano Norbert Lammert.
En su caminata hasta el Parlamento pasó por la emblemática Puerta de Brandemburgo y recibió muestras de cariño de algunos connacionales que contrastaron con las protestas que lo acompañaron el día anterior, en la que le gritaron «corrupto» y «vendepatria».
Macri fue el principal orador de una comida de honor ante unos 200 empresarios alemanes, a los que llamó a volver a creer en su país tras años de una aislamiento autoimpuesto, según sus palabras. «Hoy vine acá a decirles que las puertas de Argentina están nuevamente abiertas».
Asimismo se entusiasmó con el apoyo recabado en sus encuentros con el sector económico. «Las empresas de aquí me han dado la alegría de decir que reconfirman su intención de estar y de invertir en Argentina».
Prueba de ello fue una cena con la que fue agasajado el martes por la noche en la residencia de huéspedes del ministerio alemán de Relaciones Exteriores por su titular, Frank-Walter Steinmeier, y que contó con la asistencia de ejecutivos de empresas como Winterfalls, Deutsche Bank, Hamburg Süd y Herrenknecht.
Macri destacó el papel de las compañías privadas en la generación de empleo en su país, donde un 30 por ciento vive bajo la línea de pobreza y entre un 40 y 45 por ciento trabaja en la economía informal. «Tenemos claro que la tarea de progreso es conjunta entre el sector público y el sector privado».
La ministra argentina de Asuntos Exteriores, Susana Malcorra, también trazó un balance positivo de la visita. «El eco que estamos encontrando muestra que más allá de las aguas tumultuosas en el mundo, nuestro país y nuestra región representan una oportunidad», señaló en un Foro Económico Germano-Argentino organizado ayer por las Cámaras de Comercio e Industria.
El fútbol no podía faltar en la visita del ex presidente del club Boca Juniors al país del actual campeón del mundo. En la última etapa de su apretada agenda, Macri inspeccionó un centro de capacitación técnica del gigante tecnológico Siemens junto con el presidente ejecutivo de la multinacional, Joe Kaeser.
El ejecutivo germano le obsequió una réplica de plástico de la Copa del Mundo imprimida por una impresora tridimensional de Siemens que pudo admirar Macri junto a unos aprendices argentinos y españoles. «Es para el próximo Mundial», bromeó Kaeser en alusión a la final del Mundial de Brasil que los alemanes ganaron a Argentina, mientras Macri levantaba el trofeo.
Por María Laura Aráoz