Berlín, 11 jun (dpa) – Las autoridades alemanas han detectado cientos de matrimonios de menores entre los miles de refugiados que están llegando al país, según informan hoy medios alemanes.
En la mayor parte de los casos se trata de niñas que fueron casadas con adultos en sus países de origen, afirma el diario sensacionalista «Bild», que basa sus informaciones en datos de distintos estados federados y ministerios de Justicia de Alemania.
Elisabeth Winkelmeier-Becker, portavoz de la fracción parlamentaria de la Unión Cristianodemócrata y de la Unión Cristiano Social (CDU/CSU), confirmó una «creciente cifra de niñas que ya se han casado, en su mayoría con adultos».
«En Alemania, el matrimonio de una joven de 14 años, por ejemplo, con un adulto, es completamente inaceptable. El Estado tiene que tener aquí una función protectora que también debe ejercer frente a los refugiados menores», aseveró.
Según el diario «Bild», sólo en Baviera, las autoridades registraron hasta finales de abril 161 casos de peticionarios de asilo casados y menores de 16 años, y 550 menores de 18 años. En Baden-Wuerttemberg los casos ascienden a 117 y en Renania del Norte-Westfalia, al menos a 188.
Según la misma publicación, Berlín estaría barajando la posibilidad de elevar la mayoría de edad matrimonial a los 18 años en todo el país. Además, aún debe aclararse si Alemania puede no reconocer una unión sellada fuera de sus fronteras si no cumple con la legalidad germana.
En mayo, la ONG SOS Aldeas Infantiles, con sede en Múnich, denunció que el número de niñas, principalmente sirias, entregadas por sus padres en matrimonio creció de forma alarmante en los campamentos de refugiados.
Antes de la guerra en Siria, los matrimonios en los que al menos uno de los cónyuges era menor de 18 años suponían el 13 por ciento. Hoy la proporción es del 51 por ciento. También en los campos de refugiados de Jordania, Líbano, Irak y Turquía la cifra de uniones forzosas se ha disparado seriamente.
Una de las razones de ese incremento es según Aldeas Infantiles, la necesidad de los progenitores de proteger físicamente y económicamente a las niñas que emprenden la huida a otros países.