El poeta piloñés Luis Salas Riaño (1960) vuelve a estar en las librerías con otro volumen de sonetos, ‘Al sol de medianueche’ (Impronta Editorial), un recopilatorio de su trabajo desarrollado en los últimos once años, en el que abundan las temáticas del amor, el paso del tiempo, la muerte y, sobre todo, y como es habitual en él, el erotismo.
En declaraciones a Europa Press, Riaño, que reside en Noruega desde 1987, confiesa que esta última obra le ha dejado «agotado». «Me costó un trabajo de la hostia», reconoce abiertamente, refiriéndose a al esfuerzo que supone mantener su ya conocida afición por el soneto clásico, respetando el rigor métrico y la rima. «Es una manía», afirma. «Cuando escribo versos libres no sé si están bien o están mal».
Así prefiere definir ‘Al sol de medianueche’, no como un poemario, sino como un proyecto culminado tras muchos años escribiendo sonetos sin una idea fija. Concretamente su anterior publicación, ‘La llingua encesa’, data de 2005, y constaba de otros 67 sonetos. Actualmente ya tiene otros diez y está haciendo traducciones al asturiano de la poesía de los sonetos lujuriosos de Pietro Aretino. «Dentro de diez o doce años volveré a publicar otro libro», comenta entre risas.
Su nuevo libro está basado «en las obsesiones de siempre: el erotismo, la pornografía, el amor, la imposibilidad del amor, el fracaso del amor, desde muchos puntos de vista, desde lo más romántico, inocente e infantil, hasta lo más duro», explica. «También el paso del tiempo y su destrucción, la muerte, la búsqueda de la calma frente a esa obsesión», añade.
Recuerda que le gusta tratar «las cosas con humor en su poesía», e incluso tiene varios sonetos de contenido escatológico. Explica que un amigo suyo, Víctor Botas, «decía que escribir poesía es como cargar melones». Para mí «es simplemente como cagar», bromea.
RENIEGA DE LA SINOPSIS DEL LIBRO
Pornografía, erotismo, amor duro, escatología son conceptos que no quiere que se confundan. Reniega de la sinopsis de ‘Al sol de medianueche’, que define su poesía como «libertina, lujuriosa y desenfrenada» porque teme que el lector crea que sus fuentes de inspiración sean escritores como Charles Bukowski. «Para nada. Mi poesía está inspirada en la literatura francesa, en los libertinos, en los simbolistas como Paul Verlaine, y en autores como Pier Closovski o George Bataille. También en la poesía grecolatina».
Riaño explica que escribe por afición o por necesidad, no con el objetivo de publicar. No aclara si el modo de vida escandinavo es un incentivo para crear poesía, pese al propio título del poemario. «Ayer mismo me desperté a las cuatro de la mañana porque la claridad no me dejaba pegar ojo», se queja.
Ha trabajado como profesor de español en institutos del país y ahora está en un programa de acogida de jóvenes refugiados políticos, una iniciativa que en Noruega lleva desarrollándose durante muchos años y que le gustaría que empezase a funcionar en España.