Efectivos de la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón han procedido a la detención de tres personas por varios delitos de hurto y un robo con violencia en viviendas todos ellos ocurridos en el término municipal de Carreño y de la zona rural de Gijón.
Inicialmente se detuvo, el pasado día 22, a N.M.S., de 53 años, y a R.J.M., de 30, de Oviedo, y días más tarde a J.A.S.J., de 46 años, vecino de Oviedo. Todos poseen antecedentes policiales por hechos similares en distintas provincias, según una nota de prensa de la Comandancia de Gijón.
La primera denuncia se presentó el pasado 29 de febrero en el Cuartel de la Guardia Civil de Candás por la sustracción de joyas del interior de una vivienda de Pervera (Carreño). Las joyas sustraídas –dos cadenas, dos medallas y una sortija de oro, además de varias piezas de bisutería– se encontraban en el interior de un joyero situado encima de un mueble de una de las habitaciones de la casa.
Cuatro días más tarde, el pasado 4 de marzo, se tuvo conocimiento de otro hurto en el interior de una vivienda de Perlora (Carreño) de unos 300 euros del interior de una cartera situada encima de la meseta de la cocina.
Fruto de la investigación, se constataron otros dos hurtos más en viviendas, cometidos en una chalet adosado de Candás, en noviembre de 2015, donde se llevaron joyas por un valor de 16.000 euros y otro en diciembre de 2015, en una vivienda de Lavandera, donde se llevaron 700 euros del interior de la misma.
A esto se suman tres hurtos en grado de tentativa en lo que va de este año en urbanizaciones de Carreño, no pudiendo consumar en estas ocasiones sus intentos de hurto al verse sorprendidos por los moradores de las viviendas.
Además de los hurtos, se pudo también vincular la participación de estas personas en un robo con violencia, cometido en marzo de este año en un chalet de Porceyo-Gijón. En esta ocasión, la persona que había accedido a la vivienda, fue sorprendida por los propietarios de la misma en el momento que salía, tras haberse apropiado de joyas del interior de una habitación.
Ante la imposibilidad de escapar, esta persona comenzó a gritar, acudiendo en su auxilio un hombre, quien llegó a golpear al propietario de la casa para permitir su huida con las joyas sustraídas, dos anillos y tres pulseras de oro.
A PLENA LUZ DEL DÍA
El ‘modus operandi’ utilizado era siempre el mismo, consistente en que un grupo de dos o tres personas se desplazaba en un vehículo hasta la zona elegida, siempre una zona rural o de urbanizaciones.
Una de estas personas, tras comprobar previamente el acceso fácil a las viviendas, se introducía en su interior sin importarle que estuviesen los moradores de las mismas en el interior, aprovechando algún momento de descuido para apoderarse de los efectos (carteras, joyas y dinero). Una vez obtenido el botín, abandonaban la vivienda sin ser detectados por los moradores. En el caso de ser descubiertos, simulaban ser vendedores de algún producto, o incluso hasta en alguna ocasión llegaba a hacerse el mudo.
Sus cómplices les esperaban en un vehículo, tanto para abandonar el lugar rápidamente como para en caso de ser necesario dar apoyo a la persona que había entrado en la vivienda si era sorprendido. La franja horaria de actuación era de mañana, entre las 11.00 y 15.00 horas y siempre en viviendas de un entorno rural.