Múnich, 13 feb (dpa) – Occidente y Rusia se encuentran enzarzados en una nueva guerra fría, afirmó hoy el primer ministro de Rusia, Dimitri Medvedev, días después de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acordara reforzar su presencia a lo largo de su frontera con Rusia.
«Hemos ido cuesta abajo hacia los tiempos de una nueva guerra fría», dijo el jefe de gobierno ruso durante un coloquio en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
«Casi a diario se nos declara la mayor amenaza para la OTAN en su conjunto, o por separado para Europa o para Estados Unidos u otros países. Pero las verdaderas amenazas que existen en nuestro pequeño mundo, y espero que entiendan esto, consisten en algo bastante diferente».
Medvedev definió en términos drásticos el estado de las relaciones de su país con Occidente y habló de relaciones «estropeadas» con la Unión Europea. «¿Puede ser que necesitemos una tercera conmoción mundial para entender cuán necesaria es hoy la cooperación en lugar de la confrontación?», se preguntó.
Al mismo tiempo, el mandatario ruso, que acudió a la cita anual de Múnich en lugar del presidente Vladimir Putin, abogó por recuperar la confianza. «Será un proceso difícil. Pero tenemos que empezar este proceso. Y sin que haya condiciones previas».
Medvedev opinó que la situación no es tan complicada como hace 40 años lo fue la Guerra Fría. «Soy optimista de que hoy somos más sabios, experimentados y más conscientes de nuestra responsabilidad».
El secretario general de la alianza militar occidental OTAN, Jens Stoltenberg, negó por su parte que el bloque esté buscando la confrontación. «No queremos una nueva guerra fría», aseguró.
Medvedev acusó a Occidente de este deterioro y recordó las advertencias lanzadas por Putin en la conferencia de Múnich de 2007 a la OTAN de que sus planes de instalar un sistema de misiles en Europa Oriental podría instigar a una nueva guerra fría. Ahora, la situación es «mucho más sombría».
Las relaciones de Rusia con Occidente se tensaron más tras la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia en 2014 y el apoyo de Moscú a los separatistas del este de Ucrania, aunque Rusia lo niega.
Las declaraciones de Medvedev se producen tres días después de que la OTAN anunciase un aumento del despliegue de fuerzas en el Mar Negro. El viernes, Stoltenberg y el ministro ruso de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, intentaron sin éxito acordar una reunión del Consejo OTAN-Rusia, que ha estado inactivo desde la anexión de Crimea.
Las tropas rusas ocuparon Crimea, donde está asentada una base naval rusa de importancia estratégica, después de que fuera derrocado el presidente Viktor Yanukovich en medio de protestas masivas que pedían estrechar los lazos con Occidente.