Neubrandenburg (Alemania), 31 ene (dpa) – La canciller Angela Merkel recordó el sábado a los refugiados que su asilo en Alemania es temporal y les pidió regresar a sus respectivos países una vez que terminen los conflictos de los que huyeron.
«Cuando haya vuelto la paz a Siria y (la milicia radical) Estado Islámico haya sido vencida en Irak, esperamos que ustedes regresen a su patria conscientes de lo que recibieron aquí con nosotros», señaló Merkel en un congreso regional de su Unión Cristianodemócrata (CDU) en el estado federado de Mecklemburgo-Antepomerania.
La canciller apuntó que la Convención de Ginebra exige una protección limitada en principio a tres años y recordó que, cuando acabó la guerra de Yugoslavia en los años 90, un 70 por ciento de los refugiados que habían huido del conflicto regresaron a su país.
La política liberal de acogida de Merkel fue en parte responsable de que Alemania recibiera más de un millón de refugiados sólo en 2015, la mayoría de ellos provenientes de Siria, Afganistán o Irak.
La creciente presión sobre la canciller para que cambiara su postura y tomara medidas para reducir el flujo de refugiados llevó a su coalición de Gobierno a aprobar el jueves un endurecimiento de las leyes de asilo.
Merkel confió en que la reforma tendrá su efecto, pero insistió en que la crisis sólo se resolverá con el esfuerzo conjunto de toda la Unión Europea (UE) y medidas como un control eficaz de las fronteras exteriores del bloque o un reparto justo de refugiados entre los países que lo integran.
Por el contrario, la canciller criticó el cierre de las fronteras interiores de la UE y alertó contra sus consecuencias. «El precio para un país que se cierra por completo -en el caso de que lo logre- es para un caso como el de Alemania sufrir un revés en su dinamismo económico», sostuvo.
El espacio Schengen permitió una intensa circulación de bienes y personas, recordó la jefa de la CDU. Quien quiera volver a los controles y a frenar ese intercambio debería preguntarse: «¿Hacia dónde queremos llevar Europa?», advirtió la canciller.
La tensión que está generando la situación de los refugiados en Alemania se reflejó el sábado en una nueva polémica protagonizada por Frauke Petry, la jefa del partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), que justificó el uso de armas de fuego en las fronteras para frenar la entrada de refugiados.
«Necesitamos controles amplios para impedir que sigan ingresando refugiados no registrados desde Austria», exigió en una entrevista con el diario «Mannheimer Morgen».
Los policías deben impedir cruces ilegales en la frontera, «en caso necesario también usando armas de fuego. Así figura en la ley», añadió Petry. «Ningún policía quiere disparar a un refugiado. Tampoco yo. Pero como último recurso hay que usar las armas».
Las declaraciones provocaron la condena unánime de la mayoría de partidos y de la policía.
El jefe del bloque parlamentario socialdemócrata (SPD), Thomas Opperamann, acusó a Petry de «alentar un clima contra los refugiados de un modo inaceptable», mientras que los Verdes consideraron que Petry «demuestra que AfD es un partido profundamente racista, discriminatorio y que desprecia la dignidad humana».
El vicejefe del grupo parlamentario del partido poscomunista La Izquierda, Jan Korte, calificó las declaraciones de Petry de «inhumanas, brutas y antidemocráticas» y consideró que la jefa de AfD «se sentiría sin duda muy cómoda en Corea del Norte».
También el sindicato de la Policía alemana rechazó de forma tajante la visión de Petry. «Revela una ideología radical y contraria a la dignidad humana», dijo el vicepresidente del órgano, Jörg Radek.
AfD viene aprovechando la preocupación de muchos alemanes por el flujo de refugiados para endurecer su discurso antiinmigración.
El recurso dio resultado: las últimas encuestas nacionales colocan al partido como tercera fuerza en intención de voto, por detrás de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y de los socialdemócratas del SPD.