Berlín, 20 ene (dpa) – Las ruinas de la abadía imperial de Lorsch, uno de los enclaves medievales más famosos de Alemania, pueden ser visitadas tras la reapertura completa del lugar, junto con el antiguo granero del monasterio.
Anteriormente sólo se podía visitar el pórtico de entrada de la abadía, uno de los monasterios más famosos del Imperio carolingio. En 1991, la UNESCO declaró las ruinas como Patrimonio de la Humanidad.
El museo de la localidad de Lorsch, al sudoeste de Alemania, ofrece un panorama de los comienzos de la vida monástica medieval. También se puede visitar el laboratorio al aire libre Lauresham, donde las familias descubren cómo se vivía en la época de Carlomagno. Lauresham es la forma latina del topónimo.
Fue necesario adquirir partes de propiedad privada para poder restaurar el sitio. Un nuevo sendero conduce a los cimientos de la iglesia del monasterio original, la Altenmunster.
El granero sobrevivió a la destrucción total del lugar y sirvió durante muchos años como un almacén de tabaco.
Alemania también está recreando en forma online la biblioteca de la abadía mediante la digitalización de manuscritos dispersos por Europa que pertenecieron a la abadía.