Berlín, 4 ene (dpa) – La Nueva Galería Nacional ha prestado 50 de sus obras más emblemáticas a Israel; no obstante, el museo berlinés ha logrado montar una segunda excelente exposición con pinturas de su inventario.
Bajo el título «Die schwarzen Jahre» (Los años negros), la prestigiosa galería centra la atención en el capítulo más oscuro de la historia alemana del siglo XX, desde la toma del poder del nazismo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Mediante 60 obras de famosos pintores, entre ellos Paul Klee, Franz Marc, Ernst Ludwig Kirchner y Otto Dix, el museo pone de manifiesto cómo lograron crear un arte maravilloso a pesar de las persecuciones sufridas durante el nacionalsocialismo, que los consideraba exponentes del «arte degenerado».
La orientación de esta muestra tiene como meta integrar a las obras de arte en la historia, señaló Udo Kittelmann, director del museo. «En base a las historias individuales de las obras surge una imagen de la época, marcada por finales abruptos, contradicciones y tendencias opuestas.»
Entre ellas se encuentra la historia del pintor Karl Kunz (1905-1971), encarcelado de forma temporal por la policía secreta nazi y acusado de «favorecer a judíos». Le prohibieron pintar, pero Kunz continuó haciéndolo sobre tablones de madera en la carpintería de su padre, y logró esconder sus pinturas colocándolas de cara a la pared en el taller.
Su hijo, el fotógrafo berlinés Wolfgang Kunz, regaló a la Galería Nacional esta obra de gran formato titulada «Deutschland erwachet!» (Alemania, despierta!), realizada en 1942 en el estilo de Pablo Picasso, también difamado por el régimen nazi. «Siempre temí que la obra de mi padre desapareciera sin dejar rastro», comentó Kunz, de 72 años.
La exposición se compone de seis capítulos, desde el «debate por el arte moderno» pasando por la «emigración» para culminar con la «persecución».
El óleo más famoso de Franz Marc, «La torre de los caballos azules», en otra época una de las joyas de la Galería Nacional, es mostrado en una reproducción en blanco y negro, ya que el original fue confiscado por los nazis en 1937 y se desconoce su paradero desde el final de la guerra.
El «autorretrato» de Karl Hofers (1935/37) es mostrado por partida doble debido a un gran golpe de suerte. Los seguidores de Hitler lo hicieron subastar como «arte degenerado» en Estados Unidos en 1937. La Galería Nacional poseía una nueva versión de la obra, pintada por Hofer en el mismo año, y en 2014 recuperó la pintura original de parte de los herederos del propietario estadounidense.
«Las obras son testigos oculares, son testigos acústicos, tienen una historia para contar», destaca el director Kittelmann. La exposición estará abierta hasta el 31 de julio de 2016.