No hace tanto tiempo, tal vez 12 ó 14 años, que para recibir el mejor tratamiento médico posible y el asesoramiento de un especialista había que desplazarse a un hospital metropolitano importante. Antes, en países como Inglaterra, conseguir una cita con un oncólogo después de haber sido referido por el médico de cabecera significaba esperar hasta 8 meses. Algo que en España, en algunas comunidades, sigue ocurriendo aunque en menor medida. Entonces, el Gobierno del Reino Unido tomó cartas en el asunto y revisó todo el sistema de salud desde la raíz, sobre todo en Oncología.
El uso de la tecnología en servicios médicos no es nada nuevo. Cuando Polycom fabricó el primer teléfono de conferencia, a menudo se referían a él en muchos hospitales como el ‘Teléfono Estrella’, y los profesionales de la salud vieron una oportunidad para mejorar la calidad de sus llamadas. En el caso de la tecnología de videoconferencia, ocurrió lo mismo: los técnicos sanitarios adoptaron rápidamente esas nuevas formas de trabajar juntos en casos de pacientes mediante el intercambio de datos, imágenes y consejos.
Durante los últimos 25 años, hemos visto cómo la ciencia médica ha mejorado radicalmente, ayudando a que la población viva más y mejor que antes.
La industria puede aprender mucho del trabajo colaborativo de los profesionales de la salud
Si nunca habéis estado envueltos en la reunión de un equipo interdisciplinario oncológico, permitidme que os describa brevemente cómo son. El equipo de especialistas oncológicos se reúne para discutir casos individuales y ver los mejores tratamientos posibles para cada uno de ellos. La reunión normalmente se realiza en un centro oncológico especializado, que podría estar en una gran ciudad. El hospital recibe los casos desde otros centros que no son capaces de tratar al paciente, pero esos especialistas tienen la obligación de asistir a las reuniones. Éstas suelen tener lugar una vez a la semana, por lo que imaginaros si el equipo entero de atención al paciente de ese caso tuviera que desplazarse semanalmente desde un hospital provincial o local a uno de la capital o de otras áreas metropolitanas más grandes como Barcelona o Pamplona. No es práctico y no es rentable.
Por ello sólo el médico de referencia viaja normalmente a este tipo de reuniones. Pero pensemos ahora en las complicaciones que pueden surgir; información que falta, imágenes antiguas o fuera de fecha, o incluso problemas durante el viaje. Esta forma de trabajar en Oncología tuvo que cambiar.
La industria puede aprender muchísimo de la modernización en pocos años de los servicios oncológicos usando tecnología colaborativa. Mediante la organización de múltiples disciplinas dentro del equipo de atención sanitaria, como las enfermeras especialistas en cáncer, los radiólogos, histopatólogos y cirujanos, todos ellos son capaces de llegar a un acuerdo sobre el mejor tratamiento en curso para un paciente. Este tipo de reuniones de oncología pueden implicar hasta 50 ó 60 personas a través de cuatro o cinco hospitales, todos ellos observando o prestando asesoramiento y tomando decisiones sobre el tratamiento para el paciente. A diferencia de otras industrias, las decisiones que se toman no son entorno a un producto, sino a salvar una vida.
El hospital del futuro
Junto con nuevos medicamentos y tratamientos, la tecnología de la comunicación que permite el funcionamiento de este tipo de reuniones médicas ha estado en el centro de las mejoras de los servicios de oncología. El uso de prácticas de colaboración ha ahorrado tiempo, está ayudando a educar a más especialistas y, a largo plazo, ayudará a reducir el tiempo de espera de paciente de meses a un par de semanas. Algunos podrían argumentar que el hospital del futuro ya está aquí y que está en constante avance. Estas prácticas colaborativas se han adoptado en otras áreas especializadas como la cardiología, y están teniendo el mismo impacto que lo tuvo en oncología.
Este año Polycom ya acogió la primera cirugía por videoconferencia 3D del mundo. Fue espectacular y tuve la suerte de estar allí para ser testigo en primera persona junto con unas cuantas miles de personas más. Poco tiempo después me contactó un cirujano especialista en un hospital en Holanda que estaba dispuesto a utilizar 3D para transmitir un procedimiento quirúrgico, por lo que mejoraría la experiencia de aprendizaje de su master class.
¿Cómo será el hospital del futuro?
Para los ciudadanos ya no es demasiado raro imaginarnos cómo sería el hospital del futuro. Para empezar, espero que tenga menos camas. Más pacientes podrán tratarse desde casa, o en su centro médico local. Cada vez más consultas tendrán lugar a través de internet, entre el paciente, el médico y su equipo sanitario. Los síntomas vitales del paciente se leerán a través de aplicaciones móviles sencillas y en dispositivos económicos. Yo ya tengo el mío, se llama Scanadu Scout. Cuesta menos de 100$ y de forma inalámbrica envía datos sobre las constantes vitales, como la presión arterial, la temperatura, oximetría, electrocardiograma y la variabilidad de la frecuencia cardíaca, a un servicio en la nube. El paciente estará más informado sobre su propia salud y podrá tomar medidas antes de convertirse en un caso agudo.
En el hospital del futuro, la rutina diaria de un especialista será gestionar simultáneamente varios casos de pacientes a la vez desde un solo lugar. Por otro lado, imaginemos un cirujano haciendo de mentor sobre otro más joven o guiando a otros de manera remota como si fuera un control de tráfico aéreo.
A medida que Polycom continúa creando tecnología y avanzando en ella, la sanidad seguirá siendo uno de los sectores pioneros en implantar estos grandes avances.