Bruselas, 18 dic (dpa) – El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, criticó hoy la planeada expansión de gasoducto Nord Stream, que va de Rusia a Alemania.
«Desde mi punto de vista (la ampliación) no contribuye a la diversificación (del abastecimiento energético)», dijo Tusk después de un duro debate al respecto en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) en Bruselas.
El denominado Nord Stream 2 «aumentaría la dependencia de Rusia y aglutinaría el 80 por ciento de los suministros en una ruta», dijo Tusk. «También supondría una posición dominante de (la gasista rusa) Gazprom en el mercado alemán, incrementando su cuota (de mercado) a más del 60 por ciento», agregó.
El político polaco considera que eso contraviene los objetivos de la política energética de la UE. «Debemos defender el derecho europeo», advirtió. La Comisión Europea está analizando actualmente el proyecto, un paso que según Tusk será determinante.
La ampliación de Nord Stream es también controvertida porque Ucrania teme perder peso respecto a Rusia al desviarse el abastecimiento de gas.
La expansión del gasoducto del mar Báltico supondría la construcción de dos nuevas tuberías subterráneas por las que llegarían 55.000 metros cúbicos adicionales de gas cada año a Alemania y otros países de la UE.
El Gobierno alemán apoya los planes y hoy la canciller Angela Merkel subrayó que se trata de «un proyecto económico» en el que están involucrados inversores privados. La mandataria alemana insistió además en que Ucrania seguiría teniendo importancia como país de tránsito, aunque uno de los objetivos de la ampliación es precisamente pasar por esa nación.
Según Tusk, varios países quisieron abordar hoy esta cuestión durante la cumbre, entre ellos Italia y Bulgaria. «Es un asunto muy delicado porque la discusión sobre Nord Stream fue dura, fue un debate muy emocional, pero hemos adoptado conclusiones que han sido aceptadas por todos los países miembros de la UE», explicó.
En el documento final de la cumbre sólo se incluyó una declaración general que apunta que toda nueva infraestructura debe cumplir con la legislación y los objetivos de la UE, pero sin especificar cuáles son esos objetivos, como querían algunos países del este y centroeuropa.