Wolfsburgo (Alemania), 10 dic (dpa) – El escándalo por la manipulación de las emisiones de los motores del gigante automotor alemán Volkswagen es la mayor prueba en la historia del mayor fabricante de automóviles de Europa, reconoció hoy el presidente del consejo de supervisión de VW, Hans Dieter Pötsch.
«Las consecuencias de la crisis serán probablemente notables», reconoció en una rueda de prensa en Wolfsburgo con la mirada puesta en las consecuencias financieras de la manipulación de millones de motores diésel.
Pötsch informó junto al presidente de la junta directiva, Matthias Müller, sobre el estado de las investigaciones actualmente. «Los últimos dos meses fueron inauditos para nosotros. Nadie aquí podía imaginarse que nuestra empresa podría llegar a una situación como la que vivimos desde finales de septiembre», afirmó.
Actualmente cerca de 450 expertos intentan llegar al fondo del escándalo. Junto a los trabajadores que realizan revisiones internas, operan también los empleados del despacho de abogados estadounidense Jones Day, contratados por el consejo de supervisión. «Los dos grupos trabajan de manera independiente», informó Pötsch.
De momento, VW no puede establecer cuántas personas son responsables de las manipulaciones. «Esto será posible cuando obtengamos los resultados finales», explicó. El objetivo es presentar una visión completa de los resultados en la asamblea general del 21 de abril de 2016, agregó.
Sin embargo, cree que el número de personas será relativamente reducido. «Creemos que es probable que sólo un número apreciable de trabajadores hayan contribuido activamente en las manipulaciones», informó el presidente del consejo de supervisión.
Hasta ahora se han recopilado más de 1.500 dispositivos de almacenamiento electrónico de trabajadores en busca de indicios o pruebas del escándalo. Además, se han llevado a cabo 87 entrevistas en el marco de las investigaciones, indicó. «A éstas le seguirán muchas más aún», anunció.