Múnich, 9 dic (dpa) – El director suizo Alain Gsponer no lo tuvo fácil en la búsqueda del escenario ideal para rodar la nueva versión de «Heidi», porque la tecnología ha alcanzado hasta los picos más altos de los Alpes suizos.
«La naturaleza en Suiza no es tan salvaje como a uno le gustaría», dijo Gsponer a la agencia dpa en la presentación de su filme, que se estrenará mañana. «La gran decepción llegó cuando, incluso a 2.000 metros de altitud, tuvimos que retocar los tendidos de alta tensión».
Pero su origen suizo sí fue una ventaja para el director, que pudo echar mano de sus propios recuerdos familiares para el rodaje: «Mi padre proviene de una familia muy pobre de campesinos alpinos y trabajó como cabrero hasta los doce años; igual que Pedro el cabrero».
Aunque ya murió, las historias de su padre le sirvieron a Gsponer para recrear las escenas de la montaña suiza. Contó a dpa que su padre se mudó a la granja de un campesino para trabajar allí, cuando aún era un niño, «con una familia que confió en él lo mismo que confiaba en sus propios hijos».
También el director pasó muchos días en casas de la montaña. «Allí aprendí lo duro que es encontrar madera todos los días bajo la nieve y salir a buscar agua», dijo Gsponer. Aseguró que trató de retratar esta dureza en la película.
Los habitantes de la región alpina donde rodó el filme le pidieron que filmara «sin los clichés de la zona». Le advirtieron, según cuenta el director, de que allí «no hay trajes folclóricos, ni cantos tiroleses, ni perros San Bernardo».