OVIEDO/MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) –
Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado diferencias en las poblaciones microbianas intestinales de pacientes con lupus eritematoso sistémico, lo que puede abrir nuevas vías de tratamiento contra esta dolencia, que afecta a entre 40.000 y 50.000 personas en España.
En esta enfermedad autoinmune crónica intervienen factores genéticos, hormonales y ambientales, y suele darse más en mujeres en edad fértil, de entre 15 y 44 años. De hecho, nueve de cada diez afectados son mujeres.
Afecta a numerosos órganos y tejidos, presentando además una gran variedad de síntomas clínicos, como manifestaciones cutáneas, articulares y renales. Y en la actualidad, los tratamientos existentes se centran en el control de los síntomas y de la respuesta inmune de los pacientes.
En el trabajo, publicado en la revista ‘mBio’, los investigadores utilizaron técnicas de secuenciación masiva y análisis bioinformáticos y comprobaron que existen diferencias significativas entre las poblaciones microbianas en individuos sanos y en personas con lupus, ha explicado Abelardo Margolles, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias y uno de los autores del estudio.
En concreto, los hallazgos muestran un desequilibrio en la ratio de los dos grupos de microorganismos más abundantes en el intestino humano: los ‘Firmicutes’ y los ‘Bacteroidetes’, que se ha visto que son más abundantes en pacientes con lupus. Estos resultados son similares a los obtenidos en investigaciones de patologías como diabetes tipo 2 y algunas enfermedades inflamatorias intestinales.
«La importancia del estudio radica en que nuestros resultados abren nuevas vías para intentar actuar sobre la sintomatología del lupus», explica el investigador, que ha colaborado en el estudio con científicos de las Universidades de Oviedo y de Parma (Italia).
Según ha explicado Margolles, ya se sabe que a través de una intervención dietética se puede modificar el contenido de la microbiota intestinal, favoreciendo el incremento de poblaciones determinadas de microorganismos.
De este modo, se puede facilitar el aumento de la población de bacterias poco abundantes en los enfermos de lupus y, «quizá, modificar la respuesta inmune de los pacientes», ha sentenciado.